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El proyecto de la visión

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edificio

Ken Hedrich (Hedrich Blessing). Chrysler Pavilion, 1933 Chicago World's Fair, USA, 1933. Courtesy of ArchiTech Gallery, Chicago.

Las sustanciales transformaciones que la era de la información ha ejercido sobre la fotografía en las últimas décadas –por la paulatina transición de los formatos analógicos al digital así como también por la proliferación y las dinámicas de circulación de imágenes a través de la red- imponen la necesidad de revisar el concepto de “fotografía de arquitectura”. O posiblemente, mejor dicho, de continuar revisando el significado de dicho concepto y de realizar esta tarea para tratar, a través de ella, de reconocer cuestiones de reflexión para la arquitectura.

La fotografía, que nació directamente ligada a la era industrial y ejerció una intervención esencial para la formulación y difusión de los ideales arquitectónicos modernos, está igualmente constituyendo un componente activo crucial dentro de los inicios de la era de la tecnología de la información y la contextualización y significación de la arquitectura dentro de sus dinámicas.

La concepción heredada del Movimiento Moderno de la fotografía de arquitectura como un producto visual destinado a proporcionar una comprensión simultáneamente objetiva y sensible de la obra estuvo en gran medida basado en proponer a través de la imagen una sublimación o idealización de ésta. Una idealización que, en casos como las respectivas trayectorias de Ezra Stoller. o Julius Shulman, imbricaba esmero estético con una intencionalidad dialéctica específica que iba más allá de la mera mostración del edificio. Si Stoller, cuya objetividad y capacidad técnica se aunaban con una sensibilidad que surgía de la comprensión del concepto arquitectónico de la obra fotografiada, se proponía desentrañar el edificio para poder captarlo mediante su objetivo y elevarlo en las imágenes a una dimensión casi sacra, como demuestran sus fotografías de iconos de la modernidad como la terminal de la TWA, el Salk Institute o la capilla de Ronchamp. Julius Shulman, por su parte, ponía en impecable escena una impresión sofisticada del estilo de vida de las casas construidas durante el periodo moderno en la costa oeste estadounidense, usando su objetivo como un instrumento creador de imágenes a través de las que se afirmaba el manifiesto conceptual del Movimiento Moderno. El trabajo de ambos afirma la importancia de la intencionalidad de la representación estética de la obra (implicando esto no sólo una ilustración exhaustiva del edificio sino también la búsqueda de la captación expresiva de detalles y de la atmósfera espacial) como generador de connotaciones y significados que pueden devenir un componente útil para la reflexión crítica.

Illustration
Ken Hedrich (Hedrich Blessing).

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