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El cuerpo nunca miente

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Lauren Greenfield. Child Beauty Queen series, 2011. Courtesy of the artist and Institute.

Recientemente se ha resuelto un espeluznante asesinato rastreando los números de serie de los implantes de pecho extraídos de un cuerpo mutilado encontrado en el interior de una maleta en unos contenedores de basura de un aparcamiento del sur de la ciudad. Al cadáver se le habían arrancado los dientes y cortado los dedos en un intento de impedir su identificación. La mujer muerta nunca hubiera imaginado que sus implantes de pecho podrían ser algún día una prueba definitiva para encontrarla asesinada. Los fabricantes otorgan una serie a cada implante para poder rastrearlos en el futuro y conocer los requerimientos necesarios para el mantenimiento de las compañías de seguro.

El cuerpo habla, vivo o muerto. Puede revelar un carácter y un temperamento antes que cualquier movimiento físico. Una nariz aguileña y unas orejas protuberantes identifican a un villano, a alguien perspicaz o a un tonto. Los ojos separados de la esbelta juventud sugieren honestidad y los labios llenos de una mujer de grandes pechos con una mano apoyada en sus caderas hablan de una virtud fácil. El político o la política modernos que no tengan una apariencia televisiva serán con mayor probabilidad impopulares independientemente de cuáles sean sus valores sociales; los testigos judiciales con demasiada confianza fracasan a la hora de convencer al tribunal; el jugador de póquer con el tic facial más leve revelará a los otros jugadores su próxima mano; en pocas palabras, siempre hay algo que “nos cuenta”, una señal telegráfica casi inadvertida que da un indicio para decidir acerca de las cualidades personales de otros.

Hay una larga historia detrás del uso de los detalles corporales para leer el comportamiento; desde el tratado antiguo de Aristóteles sobre la fisionomía hasta la crónica de Castiglione del siglo XVI sobre las buenas maneras de los cortesanos y la documentada hiperpreocupación victoriana con la apariencia que elevó trivialidades como el abotonar o no abotonar los guantes de cuero y las convirtió en una revelación de la personalidad.…

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