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Cuatro veces arquitectura ficticia

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ambigüedad

Mario Milizia. Toronto #2, 2001. Cortesía del artista

1 sobre las ficciones

Arquitectura ficticia: la ambigüedad del adjetivo, que oscila entre la tarea constructiva de la imaginación y la mentira intencionada, puede llevar a varias arquitecturas diferentes. Cabe trazar una primera distinción entre la arquitectura tal y como aparece en el Mito (la Torre de Babel, el Laberinto de Dédalo, el Templo de Salomón) y los mitos arquitectónicos, esas mentiras-ficción que perpetúan la disciplina de la Arquitectura (la afirmación de que el objeto arquitectónico sostiene una relación inmutable con el sujeto humano, y de que la mente humana, o, para ser más precisos, la mente del arquitecto, puede liberarse de esta estasis y adquirir un punto de vista externo desde el cual el objeto pueda ser abarcado como objeto “total”). Más adelante sugeriremos que las concepciones constructivas, productivas, de la arquitectura ficticia pueden cuestionar esta idea tradicional.

Sin embargo, empezaremos con otra ficción arquitectónica; a saber, que define el espacio. De hecho, tal y como apuntan los arquitectos Diller+Scofidio, el espacio está prescrito con anterioridad a la arquitectura… está codificado legal, política, moral y socialmente antes de que llegue la arquitectura. Aun así, y esto es importante, ninguna de estas codificaciones previas se puede considerar inmutable, a pesar de sus ficticias afirmaciones de lo contrario. En determinados momentos de la historia, se producen cambios que tienen grandes repercusiones en estas disciplinas (lo que Foucault llama cambios de paradigma); en el siguiente apartado examinaremos más a fondo varios ejemplos de estos cambios, ejemplos en los que se trastocan las relaciones entre la representación espacial y la arquitectura. Por el momento, nos quedaremos con la dimensión social de la observación de Diller+Scofidio para ilustrar varias tendencias arquitectónicas recientes que intentan poner de relieve, reconocer o cuestionarse la ficción oficial.

Illustration
Christo & Jeanne-Claude Reichstag empaquetado, 1971-1995. Cortesí a de los artistas

En este contexto resulta relevante la obra de muchos de los artistas que aparecen en esta revista, puesto que también ellos investigan esta relación entre las instituciones sociales y sus expresiones arquitectónicas. Casebere dice de sus maquetas que son metáforas de estructuras sociales sólidas, y hay muchos que se apresuran a vincular su obra sobre las prisiones con las famosas observaciones de Foucault sobre el Panóptico de Bentham (vínculo éste que Casebere intenta minimizar, señalando la actualidad de su obra en el contexto del programa de construcción de prisiones en Estados Unidos durante los años 80 y 90). La obra de Gordon Matta-Clark a menudo destacaba la desigualdad entre ricos y pobres: por ejemplo, Window Blow-Out (1976) yuxtaponía fotografías de la descuidada arquitectura de los pobres del Bronx con el prístino Instituto de Estudios de Arquitectura y Urbanismo de Manhattan.

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