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Alicia en el País de las Maravillas

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Polixeni Papapetrou. I’m Not Myself You See, 2004. Wonderland series. Courtesy of the artist, Stills Gallery, Sydney and Nellie Castan Gallery, Melbourne.

Alicia abrió la puerta y descubrió que daba a un pequeño pasillo, no mucho más grande que una ratonera: se arrodilló y, a través del pasadizo, vio el jardín más bonito que jamás hayáis visto. ¡Cómo deseaba salir de aquella oscura sala y pasearse entre esos lechos de brillantes flores y esas fuentes fresquísimas!, pero no podía ni siquiera sacar la cabeza por la puerta: “Incluso si mi cabeza pasase por aquí”, pensó la pobre Alicia, “no serviría de nada sin mis hombros. ¡Oh, ojalá pudiese encogerme como un telescopio! Creo que podría hacerlo, si al menos supiese cómo empezar”. Porque, ya veis, le habían ocurrido tantas cosas extrañas últimamente que Alicia había empezado a pensar que muy pocas cosas eran realmente imposibles.

Cerdo y Pimienta

Cuando vio a Alicia, el Gato sólo sonreía. Parece alegre, pensó ella. Pero, a pesar de todo, tenía unas garras muy largas y muchos dientes muy grandes, así que decidió que mejor sería tratarlo con respeto.

“Gatito de Cheshire”, empezó a decir un poco tímida, ya que no sabía si le gustaría que le llamase así. Pero él sólo sonrió más. “Bueno, le ha gustado”, pensó Alicia y siguió diciendo: “¿Podrías decirme, por favor, cuál es el camino desde aquí?”.

“Depende mucho de adónde quieras ir”, dijo el Gato.

“No me importa mucho adónde”, dijo Alicia.

“Entonces, tampoco importa qué camino sigas”, dijo el Gato.

“…siempre que vaya a algún sitio”, añadió Alicia explicándose.

“¡Ah!, seguro que así es”, dijo el Gato, “¡si andas lo suficiente!”.

Alicia se dio cuenta de que eso era innegable, así que probó con otra pregunta: “¿Qué clase de gente vive por aquí?”.

“En esa dirección”, dijo el Gato, moviendo la pata derecha, “vive un Sombrerero. Y en aquélla”, dijo moviendo la otra pata, “vive una Liebre de Marzo. Visita al que tú quieras: ambos están locos”.

“Pero yo no quiero estar entre locos”, observó Alicia.

“¡Oh, eso no puedes evitarlo!”, dijo el Gato: “Aquí estamos todos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca”.

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Abelardo Morell. The Loveliest Garden I Ever Saw, 1998. Alice’s Adventures in Wonderland series. Courtesy of the artist and Bonni Benrubi Gallery, New York.
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Abelardo Morell. A Mad Tea Party, 1998. Alice’s Adventures in Wonderland series. Courtesy of the artist and Bonni Benrubi Gallery, New York.

Un té de locos

Había una mesa puesta delante de la casa donde la Liebre de Marzo y el Sombrerero estaban tomando el té.…

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