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Algoritmos de la emoción

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Fotografía de Satoshi Fujiwara
Satoshi Fujiwara. Crowd Landscape (Detail), 2019. Courtesy of the artist. @satoshi.fujiwara. studio

Las emociones son el núcleo de la experiencia humana, influyen y dan forma a nuestro comportamiento social. Se traducen en expresiones que, aunque podemos tratar de moldear u ocultar, muy a menudo desvelan inevitablemente cómo nos sentimos, qué deseamos, qué repudiamos. Siendo así, no es casualidad que la tecnología, y su apabullante aceleración en el siglo XXI, haya centrado su interés en el control de las mismas. La tecnología ha conseguido incluso inventar emociones nuevas, los emoticonos logran muecas que nuestro rostro es incapaz de reproducir pero que, sin duda, todos y cada uno de nosotros, sabemos interpretar y recurrimos a ellas para comunicarnos. Desde nuestra satisfacción al consumir hasta detectar signos de depresión, la tecnología emocional recopila, evalúa e interpreta nuestras emociones de múltiples maneras. La brecha de inteligencia emocional entre humanos y máquinas es cada día menor y la tecnología, lejos de ser externa, de poder verla como un otro, es desde hace ya un tiempo, una extensión de nosotros mismos —¿estamos seguros de si hemos hablado más tiempo a una pantalla que a un ser humano los últimos meses?

No es casualidad que la tecnología, y su apabullante aceleración en el siglo XXI, haya centrado su interés en el control de las emociones

Illustration
Clément Lambelet. Happiness is the only true emotion, 2016-19. Courtesy of the artist. @clement_lambelet

A continuación, mostramos los proyectos de Satoshi Fujiwara (Kobe, Japón, 1984), Clément Lambelet (Ginebra, Suiza, 1991) y Lauren Lee McCarthy y Kyle McDonald, ambos de Estados Unidos. En todos ellos hay una dimensión tecnológica que estrecha la distancia entre nosotros y la máquina, entre nosotros y el algoritmo, a la vez que nos permite hacernos preguntas sobre los intereses, las violencias y los límites intrínsecos en las mismas.

En la serie Crowd Landscape, Satoshi Fujiwara combina detalles en alta resolución de retratos hiperrealistas anteriores. En este caso, las fotografías originales provienen de la serie Code Unknown, en la que el fotógrafo se inspira en la película homónima de Michael Haneke fotografiando a escondidas a pasajeros del metro de Berlín. Posteriormente, con el fin de reflexionar alrededor de la cuestión del derecho a la propia imagen, editó digitalmente las imágenes hasta que las identidades de los sujetos eran ilegibles. En Crowd Landscape, Fujiwara va un paso más allá, los rostros se acumulan uno sobre el otro, como si un error en un algoritmo las hubiese apilado de manera desordenada.…

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