Quien sea positivo podrá afrontar adecuadamente todos los inconvenientes, podrá reparar todos los posibles fracasos padecidos en su voluntad de ser y así sobreponerse para reiniciar la operación.
Martí Perán.1Perán, Martí. (2016). Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga. Hondarribia: Editorial Hiru Pág. 32
Hace unos meses di por perdido mi ejemplar de Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga de Martí Perán (Editorial Hiru, Hondarribia, 2016), llegué a publicar en redes sociales una petición de devolución a aquella persona a la que quizá se lo hubiera prestado, porque, bajo mi punto de vista, era y es un libro de extremada importancia. Esta situación se dio la vuelta y hace poco —justo a tiempo para este texto— vi de repente el lomo de este pequeño volumen sobresalir de uno de los estantes de mi librería. Me embargó, como es natural, una sensación de alegría y vergüenza al encontrarlo y por haber puesto en el exterior la responsabilidad de su localización.
Con el acto de publicar en redes, lo que estaba ocurriendo encerraba una ironía que rozaba lo naif, porque precisamente en este libro Perán señala la proliferación de esta especie de “monólogos virtuales”, en lo que él denomina “marco Do it”, que ejemplifican una de las formas de vida actual más abundante, en donde todo es lo mismo, una afirmación del individualismo con un resabio de libertad totalmente falso y cuyo engranaje funciona a costa de cada persona. Es decir, este marco parte de la externalización constante del sujeto individual que, desde el intento de diferenciación, apuesta por la subjetividad como una cuestión sintomática de una exterioridad fatigada, precarizada y en el abismo de la auto-explotación, sometidos a la sobreexposición y a vivir en un estado continuo de “proyecto”, aunque sea del proyecto de un/a misma/o.
Estos sujetos se confunden con su propia producción, son una productividad, una plusvalía que deja de ser para exponerse como ser. En este acto de exposición no existe un calendario, si no que el tiempo se vuelve continuo, circular y sin paradas. Es en este sentido, en el que el cansancio o la fatiga como principal exponente de la indisposición que se genera en todas/os es el elemento rupturista o contrario a lo homogéneo.
El vivir en lo contemporáneo a partir del análisis del ser en la vorágine de la visibilidad virtual
Lo cierto es que, este libro, durante mucho tiempo sufrió un peregrinaje incansable de mano en mano, porque tras leerlo necesitaba recomendarlo constantemente, tan importante me parecía su contenido como para agotar en conversaciones el valor de un ejemplar que expone el vivir en lo contemporáneo a partir del análisis del ser en la vorágine de la visibilidad virtual en un contexto de poderes líquidos y por tanto fluctuantes. Este ensayo es una revisión histórica en torno a lo que el autor denomina “una hipotética historia de la fatiga”, repasando distintos estados históricos de un estado corporal acumulativo y que se vuelve objeto histórico. La fatiga como radicalidad insuflada por el “exceso de luz” que ciega y no deja ver los escenarios de la vida —de la vida que tiene que ser vivida—.
Desde otro punto de vista, pero con un mismo talante en relación a cómo deslizar el sentido de la vida fuera los poderes que actúan en ella, podemos recuperar Amar y pensar. El odio como querer vivir de Santiago López Petit (Edicions Bellaterra, Barcelona 2005). Un libro que cierra la trilogía sobre un concepto clave en López Petit, el querer vivir, donde los escenarios anteriormente mencionados son los lugares de la vida, en los que todo se complica y es desplazado el sentido de la existencia hasta que se invocan las palabras “amar, pensar y resistir” para vivir políticamente. Así, esos espacios escénicos, o como también lo llama, sociedad-red en el sentido de escena teatral, son abstracciones comunes que tratan de exponer y visibilizar el lugar que cada un/a ocupa en la “estructura de explotación” de la escena.
La vida como tal no nos necesita, discurre por sí sola
Es decir, la vida como tal no nos necesita, discurre por sí sola, se legisla sola y la biopolítica es la herramienta que, a partir del impulso hacia la “autoayuda” ─esto nos recuerda al háztelo tú mismo de Perán─, ayuda a vivir la vida y a creer en ella. Esta creencia es el verbo necesario para que la vida se desarrolle en el marco de poder que “obliga” a ser. En este ensayo, son fundamentales todos los conceptos en torno a lo vital que va enhebrando Petit, de tal forma que el querer vivir como acción se torna en el odio del querer vivir. Este, como subtítulo del ensayo posiciona el odio, el odio libre como una circunstancia disruptiva que aleja el acto de vivir de la “esperanza ciega”. Petit lo expresa en este sentido “el odio libre te regala la fuerza de un permanente malestar”2López Petit, Santiago. (2005). Amar y pensar. El odio del querer vivir. Barcelona: Edición Bellaterra. Pág. 41 y ese malestar en la garantía para abrir los ojos.
En los dos ensayos, la realidad, que es el marco Do it en Perán y la “sucia realidad” o la vida —como formas de vida— en López Petit, ha hecho un pacto con el capitalismo y en ella solo es necesario el acto de vivir para reproducir todas las prisiones de lo posible como Petit señala. La importancia reside en entender cómo se mueve el poder y cómo este, en términos contemporáneos, acaricia, nos acaricia, de forma conflictiva para la autoafirmación del ser como subjetividad construida desde nosotras mismas. Las aspiraciones, metas y objetivos vitales no parten de un sistema reglado, sino desde el neoliberalismo precursor de ese Do it y que está totalmente marcado por el hambre de ambición y el miedo a la derrota.
Este programa no concibe el error, ni el cansancio de sí, del cuerpo y la mente. La fuerza productiva actual es convertirse en sujeto en una constante de emprendeduría, no en vano la invitación a la autonomía como fuerza de trabajo es una forma de precarización sin precedentes hoy en día. En Petit y Perán, el fracaso debe ser acogido sin mentiras y el “éxito de ser”, de hacer algo con nosotras/os mismas/os como protagonistas únicas/os y verdaderas/os es ese vivir la vida como prisión que relata Petit, porque se desarrolla en “una sociedad construida sobre lo efímero”, sobre lo reciclado.
Una necesidad constante de dar visibilidad y presencia al proyecto del ser
Es fundamental destacar que estas cuestiones tienen que ver con el cómo se vive la vida en la actualidad marcada por la idea de lo nuevo y la seducción de la técnica a disposición de la necesidad constante de dar visibilidad y presencia al proyecto del ser. En este sentido, la fatiga, como decaimiento energético, es un defecto a reparar y Martí Perán la señala como un estado al que abrazar como gesto más radical, político, subversivo y, por tanto, un derecho al que acceder. En ambos títulos, hay un trabajo de búsqueda, de la necesidad de radicalización frente al desafío de desarticular/nos y “elucubrar” otras interioridades en resistencia contra la neutralización, para vivir políticamente y resistirse al poder. Nunca la condena a “no ser nadie” a no estar visibilizada, pareció tan atractiva. El no hacer como querer, querer vivir pero sin intentarlo para, desde esa inacción, “explorar las posibilidades de un derecho a la fatiga que nos mantenga separados del programa”.
La fatiga y el querer vivir son un naufragio, un intento de regreso a la contención por acumulación, es decir, el desborde del oxímoron, porque la acumulación desordenada produce saberes extraños, que no encajan en ningún marco, ni ninguna realidad capitalista de la economía de la vida3López Petit, Santiago. (2005). Amar y pensar. El odio del querer vivir. Barcelona: Edición Bellaterra. Pág. 105. vertiginosa, atrapada en autoengaños tan poderosos como la idea de lo nuevo4Perán, Martí. (2016). Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga. Hondarribia: Editorial Hiru Pág. 19.. En esta zozobra la salida es la elucubración, el exacerbar la vida, encontrar la inutilidad, el desvío hacia un abismo del cuerpo como construcción sensible y física que debe dejarse de confundir con su propia producción. Santiago López Petit y Martí Perán disertan sobre la posibilidad del afuera de ese cuerpo, que debe moverse hasta la extenuación, con movimientos repetidos y fuera de sí para aceptar la fatiga como una puerta hacia el pensar y el amar. Esta singularidad del cuerpo a la deriva necesita del afuera, aceptarlo, para ensancharse.
A este respecto, ¿puede ser la aceptación de la fatiga un cierto abandono al amor?, ¿es posible reiniciarnos? Quizá tomando el querer vivir como desafío, es decir el amar, el pensar —actos que no tienen que ver con la utilidad— y el derecho a la fatiga como formas de ser, estar y perecer radicales. Construir, ahora sí, la vida un/a misma/o en un espacio de anonimato.
- 1Perán, Martí. (2016). Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga. Hondarribia: Editorial Hiru Pág. 32
- 2López Petit, Santiago. (2005). Amar y pensar. El odio del querer vivir. Barcelona: Edición Bellaterra. Pág. 41
- 3López Petit, Santiago. (2005). Amar y pensar. El odio del querer vivir. Barcelona: Edición Bellaterra. Pág. 105
- 4Perán, Martí. (2016). Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga. Hondarribia: Editorial Hiru Pág. 19.