Revista EXIT número 82
#82

Edición Impresa + digital

Idioma Español / Inglés
Fecha: Abril 2021
Páginas: 164
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1

Sentimientos
Feelings

Mucho sentimiento. Las páginas del nuevo EXIT 82 están llenas de dolor, de soledad y de tristeza, también de amor, de deseo, de placer, de bienestar, de ira y de alegría. Este EXIT 82 está dedicado a los sentimientos y a cómo la fotografía es capaz de atraparlos en un parpadeo, en un guiño, antes de que se escurra por el borde de la lente.

Los textos centrales del presente número proponen un recorrido por la historia de la fotografía como “transportadora” de sentimientos en el caso de Laura Terré; y una revisita a las imágenes de niños llorando de Jill Greenberg por parte de Paul Wombell para hablarnos de la presente situación política en Estados Unidos. Los sentimientos son muchos más de los que uno puede llegar a imaginar. Los hemos trabajado desde la narrativa —fotógrafos que explican una historia repleta de emociones— con Nobuyoshi Araki, Pedro Meyer, Kelli Connell, Laura Stevens, Larry Sultan y Florian van Roekel; desde las expresiones —artistas que se centran en los rosotros y en cómo estos expresan sentimientos—, con Kader Attia, Tracey Moffatt, Dawn Parsonage, Edward Rozzo, Sam Taylor Johnson, Antoine d’Agata, Bas Jan Ader y Christopher Anderson; y hemos dedicado un último apartado a ver cómo los avances tecnológicos se han interesado por las emociones, un hecho que se transmite en los proyectos de Satoshi Fujiwara, Clément Lambelet y Lauren McCarthy y Kyle McDonald.

En Portfolio, la sección en la que damos espacio a los fotógrafos más interesantes de las nuevas generaciones, presentamos a Lucero Alomía, Luis Carlos Tovar, Helena Goñi, Alison Luntz y Fabio Cunha.

Reir, llorar….incluso bostezar, todo sentimiento y emoción cabe dentro del nuevo EXIT 82 Sentimientos.

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Editorial

Ser o sentir

Rosa Olivares

Portada EXIT número 82

Los hombres también lloran. En las siguientes páginas encontraremos algunos ejemplos brillantes, no solo por el brillo de las lágrimas corriendo sobre sus caras, sino por la brillantez de la mirada del fotógrafo que sabe rescatar un sentimiento que se suele esconder. Y lo plasma, tal vez, para siempre; para enseñarnos que la fragilidad del hombre le hace humano, como la fortaleza de la mujer la ha convertido en una superviviente en el infierno.

Las siguientes páginas están llenas de dolor, de soledad y de tristeza, también de amor, de deseo, de placer, de bienestar, de ira y de alegría. Hay de todo. Desde el desasosiego del adolescente que se siente terriblemente solo en el silencio de los pasillos de su colegio, hasta el que sueña ya toda la vida con el cuerpo perdido de la amante muerta. Padres que lloran a hijos, y también hijos que lloran y rinden el homenaje del recuerdo a sus padres. Unos amores que nacen, otros que mueren… la tristeza y el miedo. Mujeres aburridas, cansadas e infelices, y hombres que no saben que es lo que echan de menos, pero se sienten vacíos. En fin, este EXIT que está usted empezando a leer en estos momentos está dedicado a los sentimientos y a cómo la fotografía es capaz de atraparlos en un parpadeo, en un guiño, antes de que se escurra por el borde de la lente.

Decía Henri Cartier-Bresson que “tomar una fotografía es alinear la cabeza, el ojo y el corazón”. Sobre todo los fotógrafos clásicos hablan mucho de sentimientos, de cómo lo más importante no es la cámara ni la lente, sino la empatía con las personas que estás retratando. Como detrás del ojo, en la cabeza, pero también en el corazón, en la piel, es donde se gesta esa imagen que luego nos hará pensar, sonreír, nos llenará de desolación. Y pienso en los cientos de fotógrafos que, en guerras, desastres de todo tipo, solo han podido disparar su cámara, que hacer esa foto ha sido todo lo que han podido hacer. Todos aquellos que con la desgracia y el dolor de otros han conseguido llevarnos al núcleo de la destrucción y del sufrimiento. No solamente han sido testigos y todos hemos visto a través de sus ojos, sino que nos han hecho sentir en una empatía universal un sentimiento universal. Han sabido alinear nuestro corazón con sus ojos.

Porque son los sentimientos, más que las ideas, las razas o las nacionalidades, lo que nos une y nos define

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