Revista EXIT número 72
#72

Edición Impresa + digital

Idioma: Español / Inglés
Fecha: Noviembre 2018
Páginas: 172
Encuadernación: rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1

Masculinidad
Masculinity

Estamos en un momento en el que la masculinidad atraviesa preguntas, cuestionamientos y una profunda reflexión sobre qué significa ser hombre. La masculinidad es una construcción, una tecnología de género, una polaridad y una pregunta abierta. En este número hemos querido explorar los espacios y las condiciones de la masculinidad partiendo de conceptos como el poder, la visibilidad, la mirada, el deseo o la educación. Contando con textos de dos autoras fundamentales en este campo, bell hooks y Abigail Solomon- Godeau, recorremos ritos de paso, coreografías de género, la masculinidad como disfraz, como herencia no elegida y como opción.

A través de distintos dossieres de artista veremos de la mano de Sam Taylor-Johnson a actores icónicos llorando, la codificación de la danza según Valérie Belin, las marcas de género en el espacio con Cabello/Carceller, la construcción de la masculinidad en el deporte con Alix Lambert o Nicolai Howalt, el archivo secreto de Juan Carlos Martínez o los distintos tipos de canon a través de Barbara Hammer, Juanjo Herrera o Catherine Opie. Masculinidad en singular y también en plural, como escritura del cuerpo y como imagen reflejada.

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Editorial

Los hombres también lloran

Rosa Olivares

Portada EXIT número 72

No, no todos son iguales. Como veremos en las siguientes páginas no todos los hombres son iguales. Una educación represiva, una sociedad miedosa y una cultura mentirosa nos han hecho a todos, hombres y mujeres, representar papeles, tener conductas y formas que solo eran parte de un acuerdo social, un papel en una obra de teatro. Pero, aunque el papel de los hombres era el de definir esos papeles, adjudicarlos, vigilar su cumplimiento, con la ayuda de abnegadas mujeres, todos hemos sido víctimas obligadas a actuar en una farsa que no nos gustaba. Y esa es la historia que se cuenta también en la pintura, en la literatura, en el cine. Una historia falsa y cruel. Pero los guiones de esas historias están cambiando, y con ellos los papeles de sus protagonistas. La fotografía tiene un valor singular en estos cambios. En la fotografía han surgido nuevas formas de representarse, nuevas formas de combatir la clasificación por géneros, y muchas formas de mostrar al hombre y a la mujer desde lugares diferentes. Prácticamente toda la historia de la fotografía está llena de imágenes de mujeres, los hombres fotógrafos han explotado hasta el infinito la idea de la belleza, de la sexualidad, de la ternura, hasta de la maternidad a través de la imagen de las mujeres. Pero paralelamente a esa historia oficial se ha desarrollado una historia que mostraba la otra cara de la representación de la mujer y del hombre, de las relaciones y de los géneros. No solo la abundancia de mujeres fotógrafas sino la posibilidad de una nueva construcción de nosotros mismos, más libre, más natural, ha ido creciendo en la sociedad y por lo tanto también en los artistas, tal vez de una manera más clara aún en estos, que han mostrado explícitamente cómo esos cambios en la construcción de la identidad, en la propia elección de género transgreden la mirada, la forma de ver y la representación de los cuerpos. La representación de nosotros mismos. La fotografía pertenece a una época distinta, es la nueva frontera de una historia del arte que se va abriendo delante de nuestros ojos como el surgir de una nueva sensibilidad. Y la novedad es que mira al mundo exterior desde otros lugares, con otros ojos y con otras sensibilidades. No es un fenómeno nuevo, ya los pioneros, y sobre todo las pioneras, se atrevieron con construcciones que aún hoy nos resultan inquietantes pensando en la época en que se realizaron. Un ejemplo inevitable es la obra y la relación entre Cla