Edición Impresa + digital
Idioma Español / Inglés
Fecha: Noviembre 2017
Páginas: 180
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1
Street Photography
Street Photography
El espacio urbano está íntimamente ligado a la historia de la fotografía. El ambiente de las calles, los paseantes, el sonido de la ciudad aparece y reaparece en las imágenes. La ciudad como escenario, como excusa, como objeto, como personaje. Street Photography como género en sí mismo.
En esta ocasión hemos hecho una selección de grandes nombres de la historia de la fotografía – clásicos y actuales – que han dado su particular visión de lo urbano. Desde las primeras capturas de las ciudades modernas, hasta el momento icónico entre los años cuarenta y sesenta – Walker Evans, Winogrand, Louis Faurer, Helen Levitt, entre otros – pasando por una visión actual de lo que sucede en las calles, de la mano de Lorca DiCorcia, Beut Streuli o Lewis Baltz. Un número sobre Street Photography sin olvidar el humor, el neón, lo inesperado y lo que nunca cambiará.
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Editorial
La calle como escenario
Rosa Olivares
Mi recuerdo de Blade Runner es una calle de noche, un puesto de comida callejero, multitud de gente con aspecto extraño andando por una ciudad cubierta por la niebla e iluminada por grandes pantallas en las que se ven anuncios, deportes, informativos… una ciudad del futuro. La primera vez que visité Sâo Paulo, años después, y vi esas mismas pantallas en la Avenida Paulista lo único que pensé es que el futuro ya estaba aquí. Es el cine el que nos dice cómo serán nuestras ciudades en el futuro, pero es la fotografía la que nos cuenta cómo fueron esos lugares antes del futuro que ya está aquí, cuando la vida transcurría entre coches y personas que andaban arriba y abajo las calles de cualquier ciudad. La calle siempre fue el escenario donde la vida transcurría, y la fotografía nació y creció en esas calles oscuras, en blanco y negro, bulliciosas, frías, agitadas. Ese escenario se convertiría en documento, encontraría su primera y tal vez única razón de ser. Y el fotógrafo se convirtió así en uno más de esos paseantes permanentes, que se apoyan en las esquinas para fumarse un cigarrillo. Generalmente un hombre (poco a poco algunas mujeres saldrían a la calle, pero habría que esperar unos años) con una cámara y una mirada que buscaba todo, algo, cualquier cosa, porque todo es fotografiable en la calle. Las personas, los niños y los viejos; los pobres y los ricos, las personas bellas y los lisiados, los monstruos; los coches, los tranvías, las bicicletas; las luces de los anuncios, las fachadas y carteles de los espectáculos, de los cines; las tiendas y sus escaparates, el amor y la muerte. La noche con su misterio y su peligro inminente, y el día, con sus contraluces, con el caminar rápido y las gafas de sol…. Todo puede ser en una fotografía. Y, efectivamente los miles de fotógrafos que se han echado a la calle desde que las cámaras de fotos existen lo han fotografiado todo.