Edición Impresa + digital
Idioma Español / Inglés
Fecha: Agosto 2016
Páginas: 156
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1
Salvaje
Wild
Salvaje puede ser un animal, un territorio, pero también puede ser una persona. Los jóvenes salvajes, airados, enfadados. En realidad, salvaje quiere decir que no ha sido domado, domesticado, si nos referimos a un animal; agreste, inconquistable, no colonizado por la mano del hombre si hablamos de un territorio. Si hablamos de una superficie, de un material, querremos decir que es áspero, puro, no mezclado, como la seda salvaje. Cuando pensamos en algo salvaje, sea animal o territorio, sea forma de ser o de pensar, pensamos en alguien libre, en algo virgen, en paisajes puros, sin autopistas ni coches, en animales que no son esclavizados por el hombre para el uso y el consumo.
En EXIT 63 nos centramos en el paisaje y en los animales, donde la idea de lo salvaje aún permanece intacta. La fotografía, igual que el cine y la literatura, siempre han tratado la idea y el anhelo de esa utopía de lo salvaje. Pero descubrimos que es una construcción cultural, una fantasía, donde la representación y lo representado cada día están más lejos.
Miguel Morey escribe sobre el anhelo de lo salvaje, y entrevistamos a Nick Brandt, el fotógrafo que encarna en su obra esa idea mítica y su actual disolución. El paisaje del desierto, los glaciares, la selva, desde el Cañón del Colorado hasta la humilde madriguera de un pequeño animal aún libre, todo entra en EXIT. Búfalos, buitres, elefantes y tiburones, renos y orangutanes, peces, aves y mamíferos convierten EXIT en una revista salvaje.
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Editorial
El sentimiento de lo salvaje
Rosa Olivares
Lo que significa una palabra no siempre es lo mismo para todos los que la dicen ni para los que la sueñan. Por supuesto en los diccionarios, siempre tan correctos, hay conceptos que no acaban de definir de acuerdo con los intereses de los que los usan. Salvaje es una de estas palabras que tienen diferentes definiciones, que representa de igual manera ideas y formas de sentir no sólo diferentes sino contradictorias. Salvaje se utiliza para definir un tipo de vida, una forma de actuar, incluso una forma de pensar. Salvaje puede ser un animal, un territorio, pero también puede ser una persona. Los jóvenes salvajes, airados, enfadados. En realidad salvaje quiere decir que no ha sido domado, domesticado, si nos referimos a un animal; agreste, inconquistable, no colonizado por la mano del hombre si hablamos de un territorio. Si hablamos de una superficie, de un material, querremos decir que es áspero, puro, no mezclado, como la seda salvaje. Pero por el uso, a veces por el mal uso, se llama también salvaje a las conductas asociales, a los niños agresivos, a las actitudes de una excesiva violencia. Salvajes hemos llamado a todas esas razas, esos pueblos de los que ignorábamos todo: sus reglas sociales y sus costumbres, su cultura. Ellos también nos llegaron a considerar a nosotros salvajes una vez que conocieron nuestra conducta y nuestras formas. Pero salvaje también representa una forma de vida libre, una naturaleza pura e indómita. Cuando pensamos en algo salvaje, sea animal o territorio, sea forma de ser o de pensar, pensamos en alguien libre, en algo virgen, en paisajes puros, sin autopistas ni coches, en animales que no son esclavizados por el hombre para el uso y el consumo. Cuando soñamos con esa palabra de sonido perfecto queremos creer que puede ser una forma de ser, de sentirse, de volver a ser buenos como creemos que es el hombre salvaje, ese que no ha sido manipulado por la educación, el dinero, la religión… nos acercamos a la idea de pureza de lo ancestral, antes de que el hombre dejara de ser salvaje y colonizara todo el mundo, la tierra, el aire y las aguas, las montañas y las llanuras, a otros hombres y a todos los animales.
Hiroshi Sugimoto. California Condor, Dioramas, 1994. Courtesy of the artist.