Revista EXIT número 6
#6

Edición Impresa + digital


Idioma Español / Inglés
Fecha: Mayo 2002
Páginas: 143
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1

Arquitecturas Ficticias
Fictitious Architecture

La arquitectura se ha convertido en un género fotográfico. Un paisaje moderno visto a través de los lenguajes artísticos más contemporáneos: la fotografía y el cine. La arquitectura hoy ya no es solamente cosa de arquitectos, la mirada del fotógrafo recrea, subvierte y transforma lo posible en increíble, lo real en ficticio. EXIT #6 Arquitecturas ficticias es el tema de este número: esos otros paisajes, arquitecturas, edificios, que también existen sobre el papel, aportaciones de artistas de la importancia de Aziz+Cucher, Per Barclay, Alain Bublex, Loris Cecchini, Jordi Colomer, Giacomo Costa, Christo & Jeanne-Claude, Roland Fischer, Effie Fotaki, Dionisio González, Marisa González, Gordon Matta-Clark, Igor Mischiyev, Abelardo Morell, Mariko Mori, Aitor Ortiz, Jörg Sasse, AES Group, entre otros.

Las fotografías de James Casebere y Georges Rousse, centran este número. Por una parte, el francés Georges Rousse, con sus intervenciones directas, pictóricas y cromáticas, en arquitecturas y espacios reales, con una obra de gran atracción visual y un ejercicio plástico y de proyección digno de un arquitecto fantástico. Un texto de Liliana Albertazzi ayuda a desentrañar las claves de su obra.

El norteamericano James Casebere presenta sus misteriosas construcciones y escenografías, maquetas de panópticos y de subterráneos inundados, fotografiadas con la luz y la escala de una mirada que encuadra como un ojo de vigilancia. Un texto con una entrevista, a cargo de Douglas Bohr, nos sumergen en el universo de Casebere y sus relaciones con el cine y la arquitectura.

Otros dos textos constituyen, junto con el editorial de Rosa Olivares, el eje de este número: uno del crítico e historiador vasco Francisco Javier San Martín, profundizando entre las fértiles relaciones del arte, la fotografía, la ciudad y la arquitectura, y otro del arquitecto y escritor británico Stephen Walker, esclareciendo las aventuras artísticas de una serie de arquitectos y teóricos dentro de las últimas tendencias.

Arquitecturas ficticias que alteran la idea de paisaje, que plantean un dialogo perverso con la realidad arquitectónica y practican una crítica no sólo estética sino social, ampliando ideas y desarrollando conceptos, quejas y miedos del ciudadano que sueña con casas imposibles en ciudades que no existen nada más que sobre el papel de revistas, libros y fotografías.

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Editorial

Casas de papel

Rosa Olivares

Portada EXIT número 6

La creación del paisaje como concepto artístico es, sin duda alguna, responsabilidad de la pintura. Ella hizo de la naturaleza un tema, del paisaje un género. Un género que atraviesa la historia de la cultura, tanto de la occidental como de la oriental. El paisaje se creó, se reprodujo, se inventó y se modificó desde los talleres de pintura más celebres de cada período. La naturaleza reflejaba aspectos dramáticos, mágicos, religiosos, pero rara vez se pintaba un paisaje cómo realmente era; es más, la gran mayoría de los paisajes más famosos de la historia de la pintura nunca existieron así. Se pintaba, primero de memoria, después a partir de unos bocetos, sólo finalmente los pleinaristas se instalarían en el campo para pintar en directo… y la fotografía muy pronto les sustituiría. De hecho, es con la fotografía cuando el paisaje que nos ofrece el arte es cierto y constatable, al menos por un tiempo.

The AES Group The Islamic Project, 1996 Cortesía de los artistas y Carré Noir Gallery, Paris

La pintura se inventaría un paisaje ideal, falso, lleno de enfoques y lugares, cuevas y frondas que nunca existieron, mezclando en el lienzo elementos de la memoria y del deseo, de los sueños y de las necesidades sociales. Se estaba creando el concepto de ‘paisaje pintoresco’: un paisaje tan bello que parecía pintado, es decir que era falso, mentira. Sin embargo esta idealización, esta creación conceptual y artística se ha convertido en referente histórico y, aún más, en modelos para la creación de parques, jardines y para la construcción de una cultura seguramente tan falsa como esos paisajes que siempre nos parecieron tan reales.

Ana Isabel Adarve