Revista EXIT número 34
#34

Edición Impresa + digital


Idioma Español / Inglés
Fecha: Mayo 2009
Páginas: 183
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1

Coches
Cars

EXIT #34 Coches analiza la relación de los coches con la fotografía desde las vanguardias hasta la actualidad.

El coche, la máquina por excelencia, es un protagonista esencial en la historia de la fotografía. Desde su nacimiento, en paralelo con el de la fotografía, el coche plantea una serie de temas que la fotografía, mejor que ninguna otra expresión artística, ha sabido reflejar.

La estructura de EXIT #34 Coches se ha realizado teniendo en cuenta algunos de los temas más sistemáticamente tratados por la fotografía.

ENSAYO. Peter Wollen en el ensayo principal del número traza la trayectoria del automóvil como tema en las artes plásticas, desde DaVinci y Durero, pasando por los futuristas, el arte pop de los años 60, la cultura de la customización, hasta llegar a los artistas contemporáneos de hoy.

EL PAISAJE URBANO. Juan Naranjo analiza la importancia de la aparición del automóvil en el paisaje urbano, cómo el coche cambia la idea de paisaje urbano y se relaciona con los ciudadanos y los edificios.

EN LA CARRETERA. No se puede hablar hoy en día del viaje sin pensar automáticamente en el coche, en la carretera. La novela de Jack Kerouac se ha convertido en el símbolo de este viaje de iniciación, y a veces de destrucción.

MI COCHE Y YO. La personalización del coche, la manipulación de su cuerpo para hacerlo más semejante a nuestros sueños y deseos, ese objetivo de hacer que nuestro coche sea finalmente único, traza las bases de una relación en la que no sabemos quién es más importante si el propietario o el automóvil.

VELOCIDAD. Con el coche no solamente viene el estatus social, la comodidad o la independencia, viene también una suerte de adicción, de droga tan peligrosa como otra cualquiera: la velocidad.

ACCIDENTE. Muchas veces la conclusión del viaje, de la velocidad, de la ceguera por el coche, culmina en el accidente, en la destrucción, en la muerte. Crash es una novela paradigmática cuando pensamos en el accidente, un tema que muchos fotógrafos han preferido a la belleza o la relación social del automóvil.

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Editorial

¿Te gusta conducir?

Rosa Olivares

Portada EXIT número 34

En el salvaje oeste americano, cuando alguien robaba un caballo se le colgaba del primer árbol que se encontraba. Se suponía que ese robo limitaba las posibilidades de supervivencia de la víctima en un mundo salvaje y lleno de peligros, sin estructuras de comunicación ni transportes: era justa la pena de muerte. Ya sabemos por qué se llamaba salvaje a ese oeste y a otros no, pero también apreciamos la importancia, la complementariedad del vehículo con el individuo, con el usuario y sobre todo con el propietario. El caballo era un valor en sí mismo, instrumento de trabajo, un elemento patrimonial y, cómo no, un símbolo de riqueza y diferencia en función de la calidad y raza del animal.

Miguel Rio Branco. Canto, La Habana, 1994. Courtesy of the artist. Miguel Rio Branco. Cao e carro, Tijuana, 1996. Courtesy of the artist.

Más allá de una industria esencial para el desarrollo occidental en el siglo XX (y que en el XXI está claramente en pleno derrape) el coche se ha construido como un mito social, un signo de poder, de lujo, algo esencial para medir nuestra importancia social y nuestro gusto personal. Dime qué coche tienes y te diré cómo eres, quién eres… o quien quieres ser. Las casas aseguradoras cobran más, no sólo a los jóvenes o a los inexpertos, sino que cargan un extra si el vehículo es rojo, aunque sea de una gama pequeña, un modelo económico o familiar: el rojo es el color del Ferrari, del Fórmula 1, es el color de los deportivos, el color de la velocidad. Cada marca automovilística, al margen de sus características reales, tiene un símbolo popular: la riqueza es el Rolls, la velocidad el Ferrari, la perfección el Mercedes; las marcas japonesas no le interesan a nadie,