Revista EXIT número 26
#26

Edición Impresa + digital

Idioma Español / Inglés
fECHA: Mayo 2007
Páginas: 196
Encuadernación rústica
ISSN: 1577-272-1
Versión digital ISSN-e: 1577-272-1

A través de la ventana
Through the Window

EXIT #26 A través de la ventana ha tomado la idea de ventana como metáfora para reflexionar sobre algunas de las estrategias de la fotografía contemporánea. El número se divide en tres apartados: el primero trata sobre la ventana como encuadre, como herramienta que sirve para estructurar la composición y dar profundidad -herencia de la tradición pictórica- y que puede asumir también un carácter abstracto y geométrico; el segundo se centra en el cristal, en el concepto de transparencia y el de reflejo, en su calidad de superficie de mediación, de lámina interpuesta con la realidad; y el tercero insiste en la mirada, en el que observa y el que es observado, resaltando la idea del fotógrafo como voyeur, como testigo de la vida cotidiana, pero también como aquél que se sitúa en el umbral, entre lo interior y lo exterior, lo privado y lo público. Cada una de las secciones incluye dos portfolios con textos escritos específicamente para EXIT por los fotógrafos seleccionados: en Encuadre, John Divola y Thomas Florschuetz; en Cristal, Uta Barth y Sabine Hornig; y en Miradas, Shoja Azari y Lucinda Devlin.

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Editorial

A través de la ventana

Rosa Olivares

Portada EXIT número 26

A través de la ventana vemos pasar la vida. El tiempo desfila frente a nuestras nostálgicas miradas y toda la vida se va a través de ese cristal que nos separa con su fría presencia del mundo que observamos, convirtiéndonos en espectadores, en público, de historias ajenas, particulares o universales, que se suceden unas a otras, que se repiten frente a nuestros ojos sin que podamos intervenir, sin que queramos dejar de ser observadores fieles de una historia hecha de fragmentos de tiempo y de sentimientos que, como ajenos que son, pretendemos que no nos afecten.

La ventana es una metáfora y a la vez un símbolo. Su propia forma, su esencia originaria da sentido literario a su existencia: simplemente una abertura en la pared para dejar entrar la luz, para poder ver lo que nos rodea. A veces una pequeña apertura que nos deja ver pero impide que nos vean, finas aperturas defensivas para esperar al enemigo; grandes ventanales para ver el paisaje, cerca del mar, para dejar entrar la luz y el calor. Ventanas que sólo sirven desde un lado, para observar a los detenidos y sus interrogatorios, para espiar a los otros. Sirve como símbolo para hablar de la curiosidad, la indiscreción, esa manera de asomarnos a otras vidas que no nos importan en principio pero a través de las que finalmente vivimos nuestras propias vidas. En el cine, Hitchcock y su Ventana Indiscreta resumen todo lo que se pueda decir en ese sentido. Pero abre una puerta, tal vez una ventana, para divagar sobre cómo los medios de masas se han convertido en la gran ventana indiscreta de nuestro tiempo. Ese mundo que antes se reunía en la charla de patio y vecindad para cotillear sobre el entorno más conocido, ahora se dispersa y aísla en sus casas, frente a una ventana electrónica, que ofrece las historias indiscretas de gente lejana, mitos que desnudamos para reconocernos finalmente en sus miserias y comprobar una vez más, y con un inevitable placer, que los ricos también lloran.