EXIT #47 – Foto y pintura

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Agotado

¿Qué sentido tiene tratar de dibujar, de pintar fielmente la sangre, cuando la podemos fotografiar? Pintura y fotografía, pintura o fotografía: la diferencia entre el enfrentamiento y la alianza es lo que distingue a la evolución y el desarrollo, de la muerte fulminante. La relación profunda de estos dos lenguajes plásticos va más allá de una pura formalización, ahondando en conceptos lingüísticos, en estructuras narrativas, en un movimiento continuo que viene y va, desde la mirada a la mano, desde la mirada a la realidad. La disyunción entre la mano o la máquina no tiene ya sentido cuando se habla de pintura o fotografía. La foto ya no es la obra de una máquina, nunca fue la máquina, sino el ojo, la herramienta artística por antonomasia.

Conocemos las obras de arte a través de la fotografía, nunca son las obras auténticas: todo es una fotografía. La relación de la fotografía con la pintura tiene mucho de la admiración de un hijo por el padre, del aprendizaje del discípulo, relaciones que amenazan con la eliminación del padre o del maestro. La pintura como lenguaje artístico y por lo tanto simbólico necesitó un tiempo para reafirmarse y reinventarse, mientras la fotografía triunfó gracias a una imagen clara con referencias a la historia del arte en una lectura rápida y por lo tanto superficial, retomando el realismo formal. La fotografía desde su origen hasta su situación actual no ha sido un trabajo realizado por fotógrafos, sino sobre todo por artistas, arquitectos, teóricos que han encontrado en ella la herramienta ideal para conseguir unos objetivos conceptuales y formales, al margen de su relación con la pintura. La fotografía ha alterado el transcurrir de la pintura que sobrevive porque se transforma, de una forma de contar que ha cambiado desde que se ha visto reflejado en el espejo cóncavo de la fotografía y posteriormente ha tenido que analizar y reestructurarse a partir de la imagen en movimiento.

En las páginas de este número se han englobado todo tipo de formatos para dar una visión completa de la relación entre pintura y fotografía: José Manuel Ballester, Pablo Picasso, Peter Oetzmann, Hannah Sawtell, Nanna Hänninen, Mariah Robertson, Darío Villalba, Manuel Álvarez Bravo, Alex Dorfsman, Pere Formiguera, Andreas Gefeller, Idris Khan, Sigmar Polke, Juan Antonio Sánchez Rull, Shirana Shahbazi, Shahzia Sikander, Wolfgang Tillmans, André Villers, Joel-Peter Witkin… en cuyos trabajos la pintura invade la fotografía y donde la fotografía se escapa de la pintura para volver a ella y enfrentarse. La fotografía ejerce aquí una crítica a la historia del arte, a la idea de autoría, incluso de género.

Editorial: Símbolos, traiciones y la historia del arte, Rosa Olivares.

Texto: De disyunciones, conjunciones y equivocidades, Laura González Flores.

Entrevistas: Ignasi Aballí, Carolina García; José Ramón Amondarain, Sergio Rubira.

Dossiers: José Manuel Ballester, Nanna Hänninen, Peter Oetzmann, Pablo Picasso, Mariah Robertson, Hannah Sawtell y Darío Villalba.

Artistas: Manuel Álvarez Bravo, Alex Dorfsman, Pere Formiguera, Andreas Gefeller, Idris Khan, Sherrie Levine, Dora Maar, Gjon Mili, Hans Namuth, Sigmar Polke, Richard Prince, Arnulf Rainer, Juan Antonio Sánchez Rull, Shirana Shahbazi, Shahzia Sikander, Wolfgang Tillmans, André Villers, Jeff Wall y Joel-Peter Witkin.

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