EXIT #96
Dirk Hardy
La ciudad de Nueva York cuenta con más de sesenta mil ascensores. En conjunto, realizan más de once mil millones de viajes al año, lo que equivale a treinta millones de viajes al día. Dirk Hardy convierte los ascensores en cápsulas del tiempo que dibujan su propio microcosmos mientras se desplazan entre plantas. Cápsulas que, como no-lugares, acogen en este preciso instante más de veinte mil momentos invisibles que están a punto de perderse en el tiempo y el espacio.
La incomodidad de estos reducidos espacios es capturada en Void (Vacío), donde las respiraciones se pausan, las pieles se crispan, los sentidos se agudizan y cualquier contacto con otro cuerpo se torna, al cruzar las puertas mecánicas, distinto. Los rituales sociales se desarticulan y nos suspendemos en un limbo vertical que se repite y se pierde simultáneamente millones de veces cada minuto en infinitos rincones del planeta. Hardy recrea escenarios artificiales, controlando cada detalle y generando escenas que conectan con el imaginario recreado en las obras de Edward Hopper, de gran influencia para el artista. Hardy nos hace reconectar con la paradójica incomodidad del aislamiento y la soledad en la multitud, de la disociación y la pérdida de contacto con uno mismo, del vacío existencial.
Dirk Hardy vive y trabaja en La Haya. Estudió Arquitectura en la Eindhoven University of Technology y posteriormente se graduó en fotografía en la Willem de Kooning Academy. Desde niño soñaba con ser arquitecto para diseñar lugares y espacios en los que vivir, y en su fotografía construye y captura meticulosamente mundos en los que se desarrolla la vida en toda su complejidad. Nos reta a mirar más allá de la estética y a no dar por sentada cada imagen pulida, fusionando su propia imaginación, recuerdos y hechos reales en una “ficción con propósito”. En 2019 en Photo Basel (Suiza) Hardy tuvo su primera exposición internacional mostrando Void. Desde entonces, su obra se ha expuesto en varios lugares de Europa y EE.UU. Ha expuesto recientemente en Phoville, Nueva York (2024); en Unseen, Amsterdam (2023) y en Nederlands Fotomuseum, Roterdam (2022). La obra de Hardy forma parte de varias colecciones (privadas), entre ellas la AkzoNobel Art Collection.