anterior

Ala Tannir: “Creo que deberíamos dar un paso atrás y reflexionar sobre el rol de las exposiciones internacionales”

siguiente
Bienal de Arquitectura

Retrato de Ala Tannir

El universo interior de Ala Tannir es un océano lleno de sorpresas. Explorar cualquier tema acompañada de su mirada, permite al lector sumergirse en un pensamiento rizomático e interconectado, su trabajo está íntimamente relacionado con sus modos de vida. Ala Tannir es arquitecta y diseñadora y ha sido co-comisaria de la Trienal de Arquitectura y Diseño de Milán en 2019, Broken Nature. Design Takes on Human Survival [Naturaleza rota: el diseño asume la supervivencia humana]. Actualmente, forma parte del equipo de comisariado de la próxima Bienal de Arquitectura de Venecia de 2021, How we will live together?, dirigido por Hashim Sarkis. En su trabajo curatorial y de diseño, despliega una perspectiva millenial, crítica a la par que esperanzadora.

Berta Gutiérrez: Ala, has vivido en Estados Unidos los últimos seis años, pero naciste en el Líbano, en Beirut. Ambos países están atravesando momentos socio-políticos muy convulsos. En el caso del Líbano, hemos sido testigos de la devastadora explosión del 4 de agosto, provocada por una sumatoria de negligencias políticas. Pensamos que el trabajo y la vida no están separados, es por ello que nos gustaría escuchar algunas reflexiones al respecto.

Ala Tannir: Gracias por la pregunta, porque esta cuestión ha sido fundamental en los últimos meses. El Líbano, desde el pasado año, ha atravesado un proceso socio-político muy complejo. Primero, tuvieron lugar las protestas populares que comenzaron en 2019; la larga crisis económica culminó en el colapso total del sistema económico y, con ello, las infraestructuras del país a todos los niveles: económico, social, político y cultural.

En este marco, es cierto que las protestas nos trajeron un halo de esperanza; yo viajé a Beirut en el comienzo de las revueltas porque sentí la necesidad de estar allí y apoyarlas. De alguna manera, nuestras reclamaciones como sociedad culminaron en ese evento. Sin embargo, la crisis de la Covid y el confinamiento derivado de la misma, han dado lugar a una supresión de todas las fuerzas populares en contra del sistema económico y político del país. Y después, vino la explosión del 4 de agosto. Esto lo ha cambiado todo, al menos para mí. La moral del país se fue desmoronando a lo largo del año pasado y, a partir de la explosión, ha quedado muy claro que a esta gente no le importa asesinarnos. Es más, no solo no les importa, sino que podríamos decir que se trata de una negligencia planificada.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete