El progreso es inevitable, pero confundir lo que es realmente progreso puede ser catastrófico. A la sombra de cada golpe de desarrollo en el campo tecnológico, vemos un avance social, pero también un drama que a veces es difícil de superar. La revolución industrial, vista desde hoy, es incuestionable, pero ya hemos olvidado el sufrimiento de muchos, y el drama de los que no pudieron encontrar un lugar en un panorama laboral totalmente diferente. Igual que con la revolución tecnológica, ahora ya se empieza a estudiar qué pasará con la población mundial cuyos trabajos serán realizables a través de inteligencia artificial, por una máquina. ¿Dónde irán a parar toda esa mano de obra excedente? ¿De qué vivirán? Y no es una duda planteada desde la bondad, sino desde la economía: qué va a pasar si mundialmente cientos de miles de personas no pueden gastar, no tienen unos trabajos que les permitan pagar sus casas, hipotecas, colegios, comprar, consumir… Sería una catástrofe económica mundial. Lo más probable es que se agilizara con urgencia un sueldo vital universal, para evitar no solo problemas económicos sino sociales de una gravedad imprevisible. El cuestionamiento del factor humano en una inmensa serie de actividades plantea problemas no solamente técnicos, que son solucionables más rápidamente de lo que se pueden plantear, sino éticos, morales, estructurales, sociales; aspectos todos ellos que las máquinas y la inteligencia artificial bordean sin problemas, ya que ni las máquinas ni la IA tienen esos problemas de ética, ni de moral.
La historia de la fotografía es corta, pero está llena de sobresaltos y de cambios dramáticos
Estos últimos días, el mundo de la fotografía se ha sobresaltado; se ha llevado un susto previsible, pero que se ha adelantado en un tiempo inesperado. La historia de la fotografía es corta, pero está llena de sobresaltos y de cambios dramáticos. A veces para bien, pero últimamente esa idea de que el progreso siempre es positivo se está empezando a cuestionar. Primero fue la propia creación de la fotografía lo que planteó cambios inesperados, aunque lo suficientemente lentos como para poder ir asumiéndolos sin trauma. Las máquinas baratas y fáciles de usar de Kodak alteraron la idea de la reproducción e incluso hicieron temblar una jerarquía social que hasta ese momento se podía autorepresentar a través de la pintura, del dinero, diferenciándose de la que no podía. La fotografía rompía esa barrera de tener o no tener: hasta los más pobres tendrían sus retratos, coloreados, en sus salones por un módico precio.…
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