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Tendremos que hablar de las ferias

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Obra de Gabriel Rico en Zona Maco tras el incidente

Obra de Gabriel Rico en Zona Maco tras el incidente / Foto: Katie White

Decir que estamos en temporada de ferias es un poco absurdo cuando todo el año es temporada de ferias, y cuando de cada feria con una cierta importancia se desgajan dos, tres o más ferias satélites con mayor o menor enjundia y profesionalidad. Lo cierto es que en este mes de febrero se celebran las ferias de Zona Maco en Ciudad de México y la de ARCO en Madrid, que son las que vivo más de cerca.

Con las ferias de arte pasa como con los curadores, que con su inabarcable abundancia producen una sobredosis letal, sobre todo para ellos mismos. Con tantos curadores existentes, sin que prácticamente ninguno de ellos haya realizado, ni se prevea que realice, nada original realmente, sino simplemente cientos de proyectos expositivos similares, cobran una importancia mayor aquellos que crearon el oficio, algunos aún vivos. Aquellos que supieron generar nuevas situaciones, diferentes formas de mirar y de ver el arte.

No se caracterizaron por sus teóricas estéticas sino por sus prácticas radicales (en aquel momento), un planteamiento totalmente contrario a lo que ocurre hoy, en el que el arte se convierte en un concepto de estudio e investigación (aunque sea de forma superficial y puntual) olvidando el aspecto estético, la experiencia y una actitud independiente de instituciones o intereses de mercado. Por eso hoy en día los curadores están tan cerca de las ferias; de hecho, forman ya parte de ellas, algo de difícil justificación dada la idea de independencia que muchos anteponen al nombre (independent curator).

No importan y podríamos prescindir de ellas sin que siquiera nos diéramos cuenta, nadie las va a echar de menos

En cuanto a las ferias, todas se copian unas a otras, deseando ser internacionales cuando solamente son locales e incluso algunas pueblerinas. No se trata de traer galerías (a veces que acaban de abrir, e incluso que no tienen ni sedes) de lugares remotos, sino de que se ofrezca algo interesante, diferente de lo que se pueda ver en la feria de la semana pasada, de la feria del mes que viene o de la que se realiza unos pocos kilómetros al norte o al sur.

Con tantas copias es difícil ver el modelo original: sin duda la marca original deberían tenerla las clásicas como las de Art Basel, Art Cologne, Fiac… Aunque hubo un tiempo en el que las nuevas aportaban características diferenciadoras. Por ejemplo, ARCO creó el formato de actividades, charlas, y mesas redondas culturales dentro de la feria.…

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