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“Sin educación y cultura no vamos a ninguna parte”

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Joachim De Beuckelaer. El mercado de pescado, 1570 – 1574.

Se inicia una nueva temporada en este otoño recién inaugurado, que en otros países es una primavera prometedora, en lo cultural y también en el clima. Y es que mientras unos padecen otros disfrutan. Y así, la crisis que ha bajado del caballo del poder a veinte dirigentes políticos europeos de todas las tallas y pelajes (los más conocidos Sarkozy, Berlusconi y Zapatero, pero no nos acordamos de los nombres de los polacos, griegos, etc.) refuerza a la nueva dama de hierro, Merkel, que más bien parece de titanio. La frase la ha dicho un triunfador, un director de cine, Juan Antonio Bayona, al recoger el Premio Nacional de Cinematografía en el Festival de Cine de San Sebastián. Pero lo podrían decir, y de hecho lo decimos, todos los padres a nuestros hijos, todos los maestros a los alumnos… es una frase tópica, usada y manoseada por todos. Pero es que hoy en día parece que los tópicos son lo único que nos queda.
Tópica es la “apertura” de temporada de unas galerías madrileñas (puede cambiarse por cualquier otro topónimo) que siguen intentándolo a pesar de no creérselo ya ni ellas mismas. Tópica es la realización de una feria en un lugar inaudito: el Matadero de Madrid, convertido en ese cajón en el que echamos todo lo que no sabemos dónde meter. Todo lo que se repite, sin emoción ni misterio, se convierte en algo tópico. Hasta los gestos apasionados de los enamorados acaban siendo aburridos por vistos y sabidos. Entonces, o cambiamos de enamorado o cambiamos de palabras. O las dos cosas. Es decir, hay que cambiar de juego, ni las aperturas solo para “los que saben” funcionan, eso lo sabemos todos, ni todo lo que quiera hacerse sin la convocatoria pública consigue prácticamente nada. El secretismo y el sectarismo de los involucrados en el sector del arte contemporáneo es la llave de su paulatino debilitamiento; un sector endogámico que aburre hasta a sus propios miembros.

Naturalmente cada cual lo intentara donde y como pueda, porque es lo que toca y cuando en casa no se vende hay que sacar el género de viaje y ver si hay suerte en otros mercados

Por otra parte las ferias, convertidas en una enfermedad vírica que se transmite por el aire acondicionado, han dejado de funcionar en Europa hace tiempo, claro que en otros lugares no han funcionado nunca. Ahora solo un puñado de ferias estratégicamente instaladas van a poder funcionar con mayor o menor éxito, Miami, México, tal vez Shangai y desde luego Basilea y Londres, que es donde se reparte la carne de la ballena.…

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