Hay una raza de la que nadie habla, porque en una primera aproximación parecen simplemente personas, pero no lo son. Son ellos, conocidos como los Campeones, los Másters del Universo, esos pocos que se creen, a veces con razón, por encima del resto de los humanos. Bueno, que ellos no son enteramente humanos, no llegan a ser dioses, pero son divinos. Uno de ellos es Frank Gehry el arquitecto que diseña todos los edificios como si fueran cualquier otra cosa, claro que son edificios que realmente no tienen ninguna utilidad: por lo general museos y centros de arte, como el Museo Guggenheim de Bilbao o la Fundación Louis Vuitton en Francia. Último premio Príncipe de Asturias de las Artes. A muchos nos educaron en la creencia de que los mejores son los que dan ejemplo, no sólo con su obra sino en sus palabras y actos, claro que esa actitud moral y ética ya no se lleva. La diferencia entre un arquitecto horrible y un arquitecto endiosado es una línea tan fina que a veces ni se ve. Gehry pasea sobre esa línea como un gran funámbulo, es sin duda un triunfador, como él mismo dice: “No estoy esperando que me llamen. No pido trabajo”; menos mal porque no lo podríamos pagar. Este señor tan estupendo que cobra cualquier barbaridad inimaginable actúa como los niños únicos, malcriados y consentidos, contando siempre el mismo chiste, haciendo siempre el mismo edificio, un edificio que no guarda relación ninguna con el fin al que se supone que se va a dedicar. No voy a entrar en si están bien construidos (creo que es lo mínimo que se le puede pedir a un arquitecto, como a cualquier otro: que haga bien su trabajo) ni si son o no originales o únicos, porque no son esculturas, son edificios que tienen una función. La arquitectura es la única de las bellas artes en la que vivimos, en la que entramos y salimos, la única que tiene un uso real, eso la convierte en el arte entre las artes.
Pues esa es su principal característica, cualquiera de los edificios que diseña, al margen de su absoluto parecido entre ellos, es espectacular, ahí radica su éxito
El arquitecto es el dios de la creación artística. Pero volviendo a Gehry, lo único que no le voy a discutir es que sus edificios son espectaculares. Pues esa es su principal característica, cualquiera de los edificios que diseña, al margen de su absoluto parecido entre ellos, es espectacular, ahí radica su éxito.…
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