Septiembre es el mes de las despedidas. Se acaba el verano, se acaba el amor, decía una antigua canción. En septiembre se separan los amantes temporales. Temporales porque son de temporada, y temporales porque duran un tiempo, generalmente corto. Tal vez por eso septiembre es un mes triste, un mes en el que sentimos que realmente es cuando comienza el año, y no en un enero que nos recuerda más a una resaca después de una boda gitana. Se van los amantes, se va el calor, el sol se turbia, se acaban las vacaciones de los jóvenes, de los niños. Ese primer amor se aleja de ti diciendo que volverá el próximo agosto. “Volveré”, te dicen y todos sabemos que nunca más, nunca más nos volveremos a ver ni a tocar, que nunca más nada será igual que antes.
Cuando pasa el tiempo pensamos en qué fue de aquellos amantes de verano, dónde fueron, si serán felices, habrán engordado o tal vez muerto. Y pensando en el tiempo pasado es inevitable recordar las canciones, las películas que acompañaron esas épocas y aquellos sentimientos. Sobre todo, las canciones. Pero al rato ya pensamos: ¿Qué fue de aquel grupo, de aquella cantante? Ya nunca más se supo de ellos, de ella. Es lo que en música se dice “un artista de un solo éxito”. Y en arte… ¿Cómo se dice en arte? Aquellos artistas que llenaron las ferias, que eran inalcanzables, que salían de sus inauguraciones rodeados de un equipo de galeristas, compradores, críticos, curadores y admiradores… ¿Qué fue de ellos?, ¿serán felices?, ¿seguirán teniendo tanto éxito?, ¿habrán engordado, se habrán retirado, se habrán muerto? Porque no sabemos nada de ellos desde hace mucho tiempo. Y septiembre es también un mes de muertes, un mes en el que la gente se va de verdad. Personalmente creo que es el mejor mes para morirse, irse como un amante satisfecho de una vida descarada y traidora. Esa es una buena forma y un buen momento para irse.
¿Qué fue de aquellos artistas que ocupaban las portadas de todas las revistas internacionales de actualidad artística? Incluso, ¿qué fue de muchas de aquellas revistas que leíamos (y a veces escribíamos) con avidez? El tiempo, amigos, es el tiempo que todo lo envejece, que todo lo cambia. Flash Art, ¿se acuerdan de Flash Art? Aquella revista italiana que fue durante muchos años el árbitro del sector, sin duda aprovechando el tirón de los povera y de la Transvanguardia, aquel invento de Achille Bonito Oliva que tan bien funciono junto con los Nuevos expresionistas alemanes.…
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