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Pasión y libertad

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Rembrandt, El rapto de Europa, 1632
Rembrandt, El rapto de Europa, 1632

En los últimos tiempos vivimos dos historias paralelas que, aparentemente, no guardan ninguna relación, pero que finalmente no podemos evitar asociar porque no sólo están relacionadas sino que son ramas de un mismo árbol. Por una parte asistimos a la interminable apertura de una caja de Pandora en la que durante años se guardaban las más terribles historias de malos tratos, agresiones sexuales y de todo tipo de abusos de poder ejercidos en su gran parte por hombres sobre mujeres, por hombres con poder y fuerza sobre mujeres que por su edad o posición no podían responder ni defenderse. Esa puerta que nos lleva a un territorio de tinieblas se abre hoy sin duda porque las mujeres somos cada día más independientes y más capaces de defendernos y protegernos, empezamos a ser un grupo social con fuerza en el conjunto del mundo. Y digo cada día, no que lo hayamos conseguido definitivamente. Esa meta esta tan lejos que parece imposible que algún día podamos llegar hasta allí. No sólo se trata de las desigualdades existentes en las distintas culturas y zonas del mundo. La clase social, la raza, la religión y la cultura marcan diferencias de siglos en el mismo momento en todo el mundo. Es la diferencia entre los derechos laborales, sociales, culturales en una misma sociedad, en un mismo país. Es la forma en que ese menos del 50% de la población mundial, los hombres, tratan y aceptan el trato que se les da a las mujeres desde el poder y la fuerza. Es el papel de la mujer en la familia, en el mundo laboral, en la educación. Es aceptar ser siempre menos, aspirar a víctima, a no ser ni siquiera la protagonista de nuestra propia historia, a sacrificarse por el marido, el amante, el padre, el hijo… y el espíritu santo. Amén.

Es en este punto donde estas dos narraciones se juntan: la denuncia de los abusos de poder y sexuales y ese afán de ocultar lo que las mujeres han hecho a lo largo de la historia

La otra historia es la cada vez mayor y más beligerante reinterpretación de la historia en general y de la historia del arte en particular: aparecen, reaparecen y se recuperan mujeres desconocidas, tapadas por la historia, por el tiempo y por sus propios compañeros, padres, amantes… hasta por sus propios hijos que no vieron con buenos ojos la actividad artística de sus madres.…

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