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Elaine Constantine, Girls on bikes, 1997
Elaine Constantine, Girls on bikes, 1997

Una de las funciones del arte es hacernos la vida más llevadera. Y una de las obligaciones del público es ser abierto de mente. Cada uno puede entender por arte, por bello e incluso por contemporáneo lo que le parezca más oportuno, pero lo que no está permitido es negar la mayor: es decir, no está permitido despedazar lo que no nos gusta, ni siquiera para intentar convencer a otro de que lo nuestro es lo mejor. Porque en arte vale todo, es una de las ventajas del arte sobre la ciencia, de la pintura sobre la medicina, de la performance sobre las matemáticas, de la fotografía sobre el cálculo de estructuras: ni la pintura, ni la performance, ni la fotografía mata si no es buena. Por eso siempre se ha dicho que el arquitecto es el artista superior, el que diseña una obra de arte en la que vivimos, claro que eso era cuando los arquitectos no sólo se preocupaban de hacer museos, bancos y todas esas nuevas catedrales sin culto que ya no son el refugio de los necesitados.

El arte vale para todo, para soñar y para disfrutar, vale para reflexionar y para sufrir. Para pensar y para dejar la mente en blanco… sólo depende de quién mire. Con el arte, como con la lectura, nuestros conocimientos y nuestros sentimientos se expanden y llegamos a lugares nunca previstos, no importa si es a caballo de un Van Gogh o de un Warhol, de un Botticelli o de una obra de Kiefer, realmente tampoco importa mucho adónde lleguemos porque como en todo viaje lo más importante es el viaje, y con el arte comprendemos, como con la literatura o con la música, que ese cambio pequeño y misterioso que sucede a una experiencia nueva y diferente, ese aparentemente insignificante cambio, depende casi exclusivamente de cada uno de nosotros.

No por ser más pequeño que el original […] tiene menos valor que el original

El arte realmente vale para todo, bueno, el arte y sus sucedáneos. También para decorar, para llenar una pared que no queremos vacía, para tapar una huella que no se puede borrar, para borrar un mal recuerdo y para construir una nueva experiencia. Toda la vida se ha usado para todas estas cosas, aunque tal vez muchos no lo sepan y otros no se hayan dado cuenta. Porque no hace falta tener el Guernica en tu habitación, algo que ciertamente muy pocos podrían hacer en todo el mundo, basta con un cartel del Guernica.…

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