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Cuestionando al público

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Andreas Gursky, fragmento de Cocoon I, 2009

Iba a titular este texto de otra manera, el título iba a ser No es el dinero, estúpidos. Pero creo que el insulto ya está demás, que ya los políticos insultan por toda la ciudadanía mundial, y que nosotros, los ciudadanos, podemos demostrar un poco más de educación justo en estos momentos. Además voy a hablar de todos nosotros, el público. Esa masa que dicen algunos que siempre tiene razón. Me perdonarán todos, pero yo creo que el público nunca o casi nunca tiene la razón… por lo menos para los que no opinan como la mayoría, es decir para gente como yo. Y no voy a hablar de democracia ni de resultados electorales, no se preocupen. Voy a hablar del público que va y que no va al cine, del que va y va y va al fútbol, del que no va a las galerías y a los museos, pero que va y va a las ferias de arte. Es decir, de ese público que se puede gastar 70 euros en ver un partido de un equipo que no va a quedar ni siquiera entre los 10 primeros del campeonato, pero que pagar 8 euros por ver una película le parece un robo. De ese público que paga un hotel, una entrada (más los gastos en comidas, bebidas, y varios) y recorre medio país para ver mal y oír peor un concierto en un macrofestival. Hablo de toda esa gente que se gasta lo que sea en cervezas cada día pero que gastarse 20 euros en un libro le da como cosa. Toda esa gente que piensa que la cultura debe de ser gratis, desde el museo, al libro (y jalean a los ladrones de libros como si fueran héroes); que se descargan todo sin pensar que aquellos que crean esos contenidos viven de su trabajo, ese que ellos creen que debe de ser gratis, y a los que pagar por ver Juego de Tronos es una estupidez, comprar un disco un anacronismo e ir al cine un exceso, porque el cine es carísimo, mejor ir al fútbol o comprarse un plasma gigante para casa (para ver mejor lo que se bajan gratis de la red) o un Home Cinema que se ve mejor y es más fino y elegante, casi intelectual.

Mucha parte de ese público que siempre tiene la razón no quiere una obra de arte de hoy ni regalada

Hace poco leía un artículo sesudo en una revista que por supuesto robé, en el que alguien –ya no recuerdo quien– decía que el problema del teatro, del cine o de la literatura no eran los contenidos sino el público.…

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