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Noli me tangere

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Antonio da Corregio, Noli me tangere, 1525 / Museo del Prado

Este verano no podemos tocarnos. Es algo tan antiguo como la historia de la religión. Dioses y cuerpos intocables, intocados. Vírgenes. El deseo más esencial prohibido y perseguido. Noli me tangere es lo que Jesús le dice a María Magdalena cuando se encuentran después de la resurrección. “No me toques”, para frenar el acercamiento sin duda carnal de ella que intenta tocarle para cerciorarse que es Él, que ha vuelto a la vida. “No me toques”, a partir de ese momento las relaciones de los humanos y Jesucristo ya no pueden ser más que a través del corazón, no de los sentidos, menos aún del tacto, el más sensual de los sentidos junto con la vista. Tiziano, Giotto, Fra Angelico, Corregio, El Greco, Poussin son unos pocos de los artistas que por centenares han tratado este tema a lo largo de los siglos de pintura, y que se prolongan en versiones de fotografía, comic, escultura, cine… Es uno de los momentos que definen un antes y un después en la imagen de Dios, hombre primero, hecho de carne, y Dios después, sagrado e intocable.

Antonio da Corregio, Noli me tangere, 1525 / Museo del Prado  

En otras culturas los “intocables” son personas viles, lo peor en la escalera humana, a los que no se debe tocar, como en la India. Y por supuesto ellos, los intocables, no se deben acercar a los demás, a los “tocables” pues son despreciados socialmente. Pero ahora todos somos intocables y nadie puede tocar a nadie. Todos podemos estar infectados, todos podemos llevar la enfermedad sobre nuestra piel y ser la perdición para los demás. Pero ahora ya no hablamos de deseo ni de pecado, sino de vida y de muerte, en definitiva, de miedo. No me toques, pero también no te acerques a mí, pues ya no soy de este mundo. Una vez más la religión vuelve a estar de moda. Son las prohibiciones, el miedo a pecar, a infectarse, a no ser aceptado, a morir.

El aislamiento, la vuelta a la soledad, solos en casa con un solo juguete, que no es nuestro cuerpo sino un ordenador

Llega el verano, el calor, las vacaciones. Es tiempo de mar, de desnudarse, el triunfo de los cuerpos. De lo natural, pero este año no. Este año todo será a distancia o no será. La distancia, por primera vez es sana. Las cosas están cambiando, los conceptos también.…

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