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No me acuerdo de nada

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handmaid's tale

Fotograma de Handmaid's Tale

La sociedad actual nos castiga con todas aquellas pesadillas que toda la humanidad hemos ido repitiendo en nuestros sueños. E incluso sin soñar, en todas las cosas increíbles que creemos imposible que pasen. Quien dice que el infierno es esto, está aquí, no exagera, simplemente conserva la memoria. Guerras, hambruna, sufrimientos sofisticados suceden todos los días por todo el mundo, la ficción (como el Cuento de la Criada y tantas otras historias, no solo de Julio Verne) se hace realidad, demostrándonos que no hay fondo para la maldad humana. La democracia se ha convertido en una estrategia en la que los ciudadanos solo somos como la taquilla de los cines o de cualquier megamuseo: números de una estadística manipulable. La ciencia y la tecnología sigue sin saber si nos quieren o no nos quieren, nos quieren, no nos quieren…

Así las cosas, parece casi una suerte perder la memoria, total si no nos acordamos de nada igual tampoco nos acordaremos de que lo hemos olvidado todo. Y si nos empeñamos en recordar ya están los políticos, los historiadores y un sinfín de personas (suponemos que muy bien intencionadas) que nos facilitan el trabajo. Pongamos algunos ejemplos tomados al vuelo: primero de todo eso que se llama “memoria histórica” y que se debería llamar olvido histórico. Se trata de esa estrategia que consiste en que olvides todo lo que pasó antes de ayer. Se consigue dando mentiras como verdades, eliminando hechos históricos de los libros de texto, y en una o dos generaciones todo olvidado.

La guerra civil española, con sus miles de muertos en las cunetas sin desenterrar 80 años después; con los niños robados a sus padres; con los patrimonios robados a los que perdieron la guerra… Muerto el abuelo, el nieto ya no recuerda nada, es una historia borrosa que nadie cuenta ya, ocupados como están en sobrevivir o en lo que sea que estén ocupados. Que España fue una República con un gobierno elegido democráticamente, con otra bandera y otro himno… Ya nadie lo recuerda, no lo sabe casi nadie. Que fue un golpe de Estado, un levantamiento militar el que acabó con todo lo que pudimos ser y no fuimos, eso ya hasta los jueces lo han olvidado. La lucha por negar el Holocausto es de hecho un triunfo del olvido, porque aunque los judíos sigan haciendo imposible olvidar las atrocidades nazis, ya son pocos los que recuerdan los miles de españoles, gitanos, enfermos, los cientos de miles de muertos rusos.…

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