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Ni da igual ni es lo mismo

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crítico

Dibujo de Dan Perjovschi.

Vivimos momentos en los que tal vez por una crisis económica ya demasiado larga y, tal vez, por una degradación de la inteligencia, la creatividad y la libre opinión, pareciera que todo vale. Como en el tango, “da igual un burro que un gran profesor”. La falta de dinero nos obliga a un pluriempleo siniestro y, aún peor, a tener la boca cerrada si queremos poder alimentarla. Se acabó la crítica, se acabó no estar de acuerdo. Vemos como los que ayer nada hacían hoy lo hacen todo: han sabido rentabilizar sus silencios, su falta de crítica. Cuando personajes a los que siempre recurren los políticos de derecha para dirigir sus museos, se hartan de proclamar su independencia política, entonces, ya sabemos que ha llegado el tiempo del silencio. Cuando personas que han planteado actitudes de izquierda, si es que eso existe, siguen en sus puestos con gobiernos de derecha profunda, entonces, ya sabemos que hemos tardado demasiado en callarnos, que nunca fuimos prudentes, que lamentablemente creímos aquello de la crítica constructiva. Inocentes.

Ante la falta de críticos,los curadores han ido suplantando su lugar en la sociedad artística

Escasean los críticos, pero abundan, en un exceso cercano a la incontinencia, los curadores/comisarios. Ese desequilibrio en la balanza de las funciones del arte no debe hacer que confundamos los términos ni las funciones de unos y de otros. El que haya muchos artistas y muy pocos coleccionistas no lleva a nadie a decir que los artistas ahora se han convertido en coleccionistas, simplemente porque los artistas tienen en sus talleres parte de su propia producción y, en muchas ocasiones, obras de otros artistas. No, aunque haya artistas que tengan almacenes llenos de obras (generalmente propias) no significa que sean coleccionistas ni que se les pueda tratar como si lo fuesen, ni adjudicarles sus características, objetivos, métodos, o funciones. Pues lo mismo pasa con la relación entre el crítico y el curador. Ante la falta de críticos,los curadores han ido suplantando su lugar en la sociedad artística. Se dice, como hace poco José Roca en una entrevista, que la selección de artistas que componen una exposición sustituye a la crítica escrita. Me parece un auténtico despropósito, en primer lugar porque al hacer una exposición el curador no siempre puede contar, por problemas económicos, de tiempo, de accesibilidad, con los artistas y las obras que le gustaría en un 100 por 100 y tiene que conformarse, en más ocasiones de las que se reconocen, con segundas e incluso terceras opciones.…

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