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Nadie se dio cuenta

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ignorancia

Andy Warhol. Endangered Species, 1983.

Una noticia de esas que se dejan para rellenar los espacios blancos de los diarios sirve para cuestionar el valor del arte, la importancia del original, y sobre todo, qué es lo que hace que una obra sea considerada original o copia. Hace años, no se sabe cuántos, al parecer hubo un robo en las oficinas de la productora cinematográfica Moviola. Nadie se dio cuenta y esa es la razón por lo que no se sabe ni la fecha del robo. Los ladrones se llevaron nueve grabados de Andy Warhol, de las series Endangered species y Ten portraits of jews of the twentieth century, fechados en 1980 y 1983, con un valor aproximado de 300.000 euros. Nadie se dio cuenta del robo pues los ladrones los sustituyeron por unas copias de los mismos grabados. No sabemos si nadie los miró nunca atentamente, ya que se consideraban pura decoración, o es que las copias eran excelentes. El robo y las piezas falsas se descubrieron cuando se descolgaron las obras y se descubrió que no tenían los números de serie que los identificaban como originales. Si el falsificador lo hubiera sabido podría haber falsificado también ese número y nadie se habría dado cuenta de que los “warhols” no lo eran. Y eso pasa con muchas, con tantas obras de arte que sólo sabemos que son auténticas cuando las vemos colgadas en museos o en salas de grandes coleccionistas, que nos entra la sospecha de que a lo mejor también son falsas y nadie se ha dado cuenta, de que el entorno las convierte en auténticas, de que un simple número de serie cambia lo falso en original y lo original en falso. Porque pocos son los que sabrían descubrir, a golpe de ojo mortal, un “warhol” auténtico de su burda o exquisita reproducción, y realmente es algo que a nadie le importa demasiado, excepto al que lo pagó o al que lo quiere vender. Ahora la policía de Los Ángeles (Estados Unidos) anda como loca buscando en las subastas la salida de algún “warhol” que puede ser parecido… cuando lo más fácil sería ponerle un número de serie a las falsificaciones y seguir como hasta ahora. Tranquilamente, si sólo eran unos adornos, decoración en una oficina.

La ignorancia infinita que todos tenemos nos impide distinguir entre el original y la copia

En su día se comentó que el director del ICO (Instituto de Crédito Oficial) en España tenía un grabado de un famoso autor en su despacho, colgado del revés, porque le gustaba más así.…

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