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Más rápido, más alto, más fuerte… más grande

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Remolque intentando desencallar al buque Ever Given, 2021  

El bloqueo del Canal de Suez ha levantado las voces internacionales de alerta. Un simple barco varado en el Canal atenta contra la estabilidad económica del mundo. La producción industrial se para en la mitad del mundo por el corte de piezas procedentes de la otra mitad; las empresas de transportes disparan sus precios y ven como una posible quiebra empieza a ser algo más que una amenaza. Cambian las rutas navieras que vuelven a las antiguas vueltas al continente africano, 9.000 kilómetros más, pasando por el Cabo de Buena Esperanza. Parece que el lema “más vale tarde que nunca” es la nueva bandera pirata. Y por supuesto la gasolina sube en las bolsas internacionales.

Pero no se trata de un barco cualquiera, el Ever Given tiene 400 metros de eslora y transporta un máximo de 20.000 contenedores, con un peso máximo total de 200.000 kilos. Economistas de todo el mundo han salido a decir que tal vez este suceso se pueda ver como una parábola moderna de la realidad económica del planeta: demasiado grande, demasiado pesado, para un cauce estrecho y corto. ¿Nos acabamos de volver locos? O simplemente seguimos al pie de la letra los eslóganes olímpicos: Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte), sin darnos cuenta de que tal vez los atletas vayan mejorando generación tras generación desde la antigua Grecia (junto con sus equipamientos), pero la economía y la geografía parece que tienen un límite.

Un barco más pesado, más cargado, más grande, no parece ser la mejor forma de transportar un material del que depende la economía mundial. Porque detrás de Ever Given hay más de 400 grandes barcos esperando su turno. El desbloqueo económico tardará semanas en superarse, y las pérdidas, de muchos desde grandes a pequeñas empresas, serán millonarias. Bien, una vez descongestionado el Canal de Suez, después de seis días de colapso, todo parece volver a la normalidad. Pero no, este aviso tiene que atenderse. Igual que deberíamos pararnos y aprender algo con la pandemia, aplicar remedios antes de la muerte, y no lamentarse después.

No nos equivoquemos, esta crisis acelerada por la pandemia hubiera sucedido de todas formas más pronto que tarde

En el arte pasa algo parecido en el territorio económico de las ferias de arte. El gran barco de Art Basel, con sus dos satélites en Miami y Hong Kong, parece que también está colapsando. La que sin duda ha sido la gran feria a la que cualquier galería del mundo daría algo por poder asistir (y son muchas las que han dado mucho año tras año sin poder llegar a exponer en ella) está en crisis, al borde de la quiebra por causa de la pandemia.…

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