Corren malos tiempos para la cultura y, tal vez, todavía peores para el arte. Un arte que ha llegado tarde, si es que realmente se ha dignado a llegar todavía (muchos lo dudamos, pese a que tantos lo afirman) a su debida reconversión en una práctica profesionalizada con cierta capacidad de autocrítica, al modo de otras disciplinas de la cultura creativa. En nuestros días, una situación se repite en nuestra vida cotidiana: al llegar a cualquier inauguración, presentación o conferencia, y coincidir con cualquiera, venga del área de conocimiento de la que provenga (educación, mercado, institución, creación, etc.) todo son lamentos por aquel tiempo perdido, que digo yo que más que perdido (en tanto muchos se lucraron con él), más bien parece haber sido totalmente desaprovechado. Seamos sinceros: ¿de verdad nadie podía imaginar que la cultura era considerada un complemento para nuestros políticos? ¿De verdad nadie quería ver que cuando la bonanza acabara, nuestro pequeño edén burgués se convertiría en un gigantesco matorral de espinas?
Decía Marx que bajo las condiciones de producción del capitalismo, el arte se convertía en mercancía y sus productos en parte integrante de la industria cultural. Una industria cultural destinada no sólo al consumo del espectáculo de la élite dominante, sino también a la domesticación y explotación de las posibles subjetividades discrepantes. Sus palabras, punto por punto, podrían ser reutilizadas hoy para definir a este “nuestro sector”, un sector que pese a contener en su interior a tantos supuestos eruditos, no sólo no supo ver la que se avecinaba, sino que además se demostró cómplice de las prácticas torticeras del liberalismo económico aplicadas por nuestros gobiernos, fuera cual fuera su color. Durante demasiado tiempo fuimos -afortunadamente, no todos- pequeño burgueses subidos a la gallina de los huevos de oro, y la pregunta que surge ahora, en esta jornada de reflexión pre-huelga general, es si podemos seguir comportándonos como tales.
Una performance sencilla a la que todos podemos y debemos sumarnos
Digo esto al hilo de la supuesta “acción” que el IAC ha apoyado mañana a las 17:30 horas en Madrid frente a la sede de la Secretaría de Estado de Cultura:
“Se convoca a los ciudadanos del sector del audiovisual, artes escénicas y artes visuales y en general a todos los ciudadanos en la Plaza del Rey a las 17:30. La idea es ir todos de negro con la cara de blanco como cortejo de distintos ataúdes que representarán las artes.…
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