Ya acabó ARCO madrid, y como en la canción de Serrat vuelve el noble a su palacio y el pobre a su cabaña. Ya se acabó la fiesta y como al final del carnaval se guardan los disfraces y las caretas y todos y cada uno vuelve a la normalidad… si es que existe algo así. La feria se acabó y en ella hemos visto este año lo mejor y lo peor de un sector que, se venda más o menos, está en una profunda crisis. Y no se trata solamente de una crisis económica sino de algo mucho más profundo y complicado, no es sólo un problema de dinero y, además, el que algunos hayan vendido mucho y ganado mucho dinero no significa que a ellos/ellas no les alcance esta crisis en el centro del corazón.
Hablo de una crisis de ética y de una crisis de conocimiento. No hay principios, incluso no hay vergüenza en algunos casos, y prácticamente cada vez menos no hay curiosidad por el conocimiento, no hay curiosidad por lo que hace el otro. A nadie parece importarle lo que hacen los demás, y muy especialmente a un sector como el de las galerías privadas al que parece que sólo le preocupa el dinero y salvar el culo en este naufragio general en el que vivimos. Son pocas las galerías que están reinventándose y desde luego muy pocas las que siendo galerías importantes se plantean y replantean la situación, se abren al exterior y siguen en contacto con el mundo de la cultura y no sólo con el de las finanzas. Son pocas muy pocas las galerías que se pasean por la feria, prácticamente ninguna la que compra un libro o una revista… ¿para qué? A ellos/ellas sólo les interesan esos señores que dicen tener dinero y pueden gastárselo en comprar lo que sea que vendan, porque al final se vende lo que se sabe que se puede o se quiere comprar, su relación con la calidad artística es casual, coyuntural o, por lo menos, les es indiferente. Y desde luego prácticamente ninguna de ellas tiene tiempo para preocuparse de sus colegas. Hay que volver a mirar hacía las galerías mas pequeñas, hacia las galerías que no están en el ojo del huracán, para encontrar vida, vida que no sea artificial.
Lo mejor, como siempre, la energía para resistir, para crear de algunos artistas, de algunas iniciativas de galerías
En este ARCO hemos visto lo mejor y lo peor.…
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