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Libre te quiero

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Reuters, Colegio Ramón Llull de Barcelona, 1 de octubre de 2017
Reuters, Colegio Ramón Llull de Barcelona, 1 de octubre de 2017

No hay que creer en el azar, porque el azar no existe. Sólo existen cosas que no podemos explicar, que nadie puede explicar. Hace no mucho moría Basilio Martín Patino (Lumbrales, Salamanca, 1930 – Madrid, 2017), un hombre pequeño y callado, al que yo conocí por casualidad en Salamanca a través de un buen amigo, el artista Fernando Sinaga. Realmente le conocía desde hace muchos años pues había visto prácticamente todas sus películas, pero él nunca fue un director de cine tal y como les conocemos. Él hacía películas que eran historias, que eran documentales, que eran parte de la vida, de mi vida y de la vida de millones de personas que tal vez nunca hayan visto ninguna de sus películas. Creo que es ese tipo de personas que decimos que son artistas, que tocan la realidad y parece que en sus manos es más clara, más limpia, más terrible o más bella. Murió y se le dedicaron las habituales necrológicas rápidas, algún ciclo en alguna cineteca, una revisión de alguna de sus películas en TV, y a otra cosa. Pero hoy inesperadamente me he encontrado con un libro sobre él, una suerte de biografía con su foto en la portada. Y he pensado que debía hablar de las casualidades, o tal vez de las relaciones secretas, o tal vez sólo ocultas, entre las cosas, las ideas, los hechos.

Cuando era una estudiante de arte, tenía un profesor que me repetía que la única importancia del conocimiento era saber poner en relación, asociar, que sin eso nunca entenderíamos nada. Las relaciones entre las cosas, las ideas, los hechos, ahí está la explicación de todo, por eso el que no conoce la historia nunca entenderá nada de lo que le pase en la vida, que la memoria es la única luz que nunca se debe de apagar. Se olvidó de explicarme que cada uno reconstruye la historia que le conviene y que el objetivo del poder (ya sea político, cultural o económico, cualquier poder) es borrar la memoria, borrar y cambiar un pasado que salvajemente se repite una y otra vez.

Versos, policías golpeando ancianas, Madrid que soñó con la libertad, Catalunya que sueña con la libertad, y las imágenes se confunden y se mezclan con la pintura de historia

Yo ahora creo que esa memoria, que ese conocimiento, que esa cultura es lo que nos puede hacer libres en algún breve momento de nuestra existencia.…

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