La educación de nuestros hijos, incluso la de los hijos de los demás, es algo que nos preocupa a todos. Y uno de los aspectos más difíciles de esta educación, uno en el que no es fácil ponerse de acuerdo, es lo que leen, lo que deben leer los niños, y por extensión qué clases de películas, de programas de televisión, de canciones son las apropiadas para los más pequeños, para los que deben construir un futuro cada vez más difícil. Este es el problema, que somos nosotros los que escribimos para ellos y los que decidimos qué es lo que deben leer. Quien decida sobre este tema marcará la vida de esos niños, definirá el estilo, la forma y el contenido de ese futuro. Pero nosotros no solamente no somos ya niños, sino que en una inmensa mayoría ha olvidado que alguna vez fueron niños y qué significaba para ellos en aquel remoto tiempo la vida, qué era la ilusión, la idea de libertad, de diversión, lo que gusta a los niños, aquellos temas que les provoca interés, ilusión, curiosidad. Además, las alteraciones que el paso del tiempo imponen en nuestras costumbres, de una forma cada vez más rápida y más radical, cambian totalmente los modelos de sociedad, costumbres e incluso valores.
Nadie se para a pensar que tal vez a los niños de hoy no les gusta leer lo que les dan para leer padres y educadores
Uno de los problemas de los educadores de hoy es constatar diariamente que los niños no leen, que no les gusta leer. Nadie se para a pensar que tal vez a los niños de hoy no les gusta leer lo que les dan para leer padres y educadores. ¿Cuáles son los libros más leídos por los niños desde que hay literatura juvenil e infantil? Según todos los estudios, en todos los países, son “Las aventuras de Tom Sawyer”, “Charlie y la fábrica de chocolate” (y por inclusión “Matilda” y los cuentos de Roald Dahl ) y la saga de Harry Potter, seguidos en según qué latitudes por las aventuras de Pippi Calzaslargas. ¿Qué tienen en común todas estas historias que parecen deleitar a niños de todas las épocas y condiciones? Sencillamente que crean un mundo donde los niños se saltan las normas aburridas y restrictivas del mundo de los adultos, que suelen ser personajes poco atractivos, todos estos pequeños y universales héroes tienen familias que hoy llamaríamos desestructuradas por no decir directamente que son horribles o inexistentes: Tom Sawyer, su amigo Huck, Pippi y Harry son huérfanos y o no hay adultos que los cuiden o si los hay son sencillamente detestables (como los tíos de Harry Potter); la familia de Charlie vive en la más absoluta de las pobrezas, alrededor de una cama siempre ocupada.…
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