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Las primeras veces

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Bas Jan Ader, Study for I´m too sad to tell you, 1971

Me escribe un querido amigo (y gran artista) desde Venecia, y me dice: “Te escribo brevemente desde Venecia… posiblemente no vuelva más a ver la Bienal…”. Lo primero que me ha venido a la mente han sido todas las primeras veces. Y en consecuencia he pensado en el link musical: Leonard Cohen cantando Dance Me to the End of Love. Pero no. He vencido la nostalgia, la pena, y creo que Hank Williams se queja de tal manera que no es nada creíble, más bien resulta simpático, aunque jure que “está tan triste que podría llorar”. Esa sensación de tristeza tan profunda que nos hace sentirnos tan hundidos que pensamos que tal vez no volvamos nunca a ver la Bienal de Venecia.

Este texto es una carta para mi amigo, sé que él la leerá y, sin embargo, no tengo ninguna garantía de que ninguno de otros hipotéticos lectores la lean. Este es un texto que, si fuera música, sería para un dúo con violoncelo y piano, para un concierto de cámara. Algo corto y privado, pero no íntimo, así que, si alguno de ustedes lo lee, piensen en ustedes mismos cuando han estado tan tristes que podrían haberse echado a llorar. Y no se preocupen, todos no hemos sentido así bastantes veces.

Quiero decirte que cada vez que volvemos a cualquier lugar es, siempre, una primera vez

Querido L: no importa la Bienal de Venecia, ni esta, que al parecer no ha estado tan mal, ni la que haya podido ser espléndida, si alguna vez eso ha sucedido. Tal vez Venecia si importe, volverás a Venecia, porque a Venecia, como al lugar del crimen, siempre se vuelve. Quiero decirte que cada vez que volvemos a cualquier lugar es, siempre, una primera vez. Aunque no te des cuenta porque crees conocer el lugar por el nombre de la ciudad, por el billete de avión…pero te equivocas. Igual que nunca podemos beber la misma agua de un mismo río, cada lugar, incluso cada persona, es diferente, es otra cada vez que estamos junto a ellas. Y es que cada vez que somos felices, aunque solo sea por un momento, es la primera vez que estamos felices. Todas las anteriores ya fueron, ya son polvo de oro en nuestras memorias. Incluso esas primeras veces que hoy recordamos con añoranza, posiblemente un nunca fueron tan maravillosas como creemos, lo son ahora que ya fueron, que ya pasaron.…

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