Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no consigo creerme totalmente la letra de esta melancólica canción. Desde fuera, desde muy lejos de España, leo las noticias cada vez más tristes sin entender realmente la letra de esta canción tan estúpida como todas las canciones del verano. Aunque esta es una canción mucho más triste, pues nos afecta a todos y a muchos les está destrozando la vida. Y no es una manera de hablar. Desde tan lejos de España sorteo con desigual suerte la pregunta de camareros, taxistas, catedráticos y artistas: “Está mal España, ¿eh?”, entre comentario vengativo cercano al “ahora les toca a ustedes” y el muy colombiano “qué pena con ustedes”, también más o menos solidario.
Ahora el Gobierno de este país tan desarrollado que iba a ser el modelo financiero y el que más daba para cooperación, no solamente ha anulado por completo cualquier gasto para ayudar a nadie, sino que calcula que con los lapiceritos de colores, cuadernos para aprender a escribir y la plastilina de los niños de primaria puede sacar hasta 80 millones de euros (¿a quién le importa la cultura?). Supongo que esos millones también serán para la banca y sus directivos, que este año no han podido cobrar todos sus beneficios extras. Mientras tanto, esos países a los que se les corta o se anula la cooperación se están llenando de españoles; emigrantes de regreso, les llaman.
En España el mundo de la cultura se reúne, se manifiesta, protesta… tal vez un poco tarde
En España el mundo de la cultura se reúne, se manifiesta, protesta… tal vez un poco tarde, y siempre, eso sí, con mucha educación. Nos han subido el IVA y así nadie va a poder vender un cuadro, nadie podrá salir al extranjero, nadie podrá hacer nada, que aunque ya se hacía poco ahora los recortes parece que llegarán hasta el Museo del Prado. ¿Alguien cree que les importa las reuniones de galeristas o artistas a unos señores que son capaces de quitarles el bocadillo a los niños en el recreo? Qué pena con ustedes, qué pena con estas instituciones cuyos presupuestos dependen de unos ignorantes e incultos gobernantes. La publicidad se equivocaba, no vuelve el hombre, vuelve la derechona. Esa que nunca se fue del Ayuntamiento de Madrid ni del de Valencia, por poner algún ejemplo evidente. Pero es que tampoco se fue de la banca, que lejos de sostenerse en manos de expertos, posiblemente de derechas, ha preferido hacerlo en las manazas velludas de esa derechona que se parece al ogro de los cuentos infantiles.…
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