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La belleza

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Sophie Calle, Les Aveugles, 1986

Sophie Calle, Les Aveugles, 1986

Tal vez sean demasiados los que siguen creyendo que el arte sigue girando en torno a la búsqueda y la representación de la belleza. Olvidamos con demasiada frecuencia que la belleza es una idea, una idea voluble que cambia continuamente, no sólo entre la percepción de cada uno, sino a través del tiempo, de los gustos, de las culturas, de las experiencias de cada cual. Cuando yo oigo la palabra belleza inevitablemente pienso en la película La Gran Belleza (Paolo Sorrentino, 2013), donde una mezcla de decadencia, perversión y cansancio nos acompaña en un paseo por Roma, donde la historia y el tiempo nos observan sonrientes desde cada esquina. Nada que ver con la idea clásica de belleza, donde se nos dice que se trata de una percepción sensorial que nos procura placer, satisfacción, que se basa en el orden y representa todo lo bueno, el bien. La belleza tampoco hoy está en la Venus de Milo, ni en las mujeres pintadas por los prerrafaelitas británicos, hoy claramente clasificadas como fantasías decadentes. ¿Por qué siempre asociamos belleza con mujer? También sigue habiendo quien la asocia con el arte, con el arte bueno, claro, no con ese arte terrible que nos aboca al abismo, que nos da vértigo, que hace cambiar la percepción que tenemos del mundo. Aunque tal vez esa sea la auténtica belleza que busca el arte de hoy, que se aleja sin mirar atrás de esas fantochadas anacrónicas de las “avelinas lespers”, reinas por un día del fake art absoluto.

La belleza habita en el arte, siempre, pero no como certeza sino como duda, como cuestionamiento. Posiblemente hablar de belleza en el arte actual sea recordar a Sophie Calle en una de sus primeras obras Les Aveugles (Los ciegos) de 1986. Durante un año Calle preguntó a ciegos de nacimiento qué era para ellos la belleza, qué imagen representaba la belleza para cada uno de ellos. Les pedía a personas que nunca habían visto nada resumir una experiencia esencialmente visual – que ninguno de todos los preguntados había tenido- en una única imagen. La artista afirmaba que no le interesaba la intimidad, sino la individualidad de las respuestas y como todas ellas estaban basadas en tópicos culturales. El mar, Alain Delon, mi madre, una melena femenina rubia, un amanecer… fueron algunas de las respuestas. La obra en cuestión es un conjunto de imágenes enmarcadas individualmente (retrato del ciego, la frase en la que el/ella define lo que considera que es la belleza y una o varias imágenes que representan lo que considera que es la belleza visualmente) que no tiene nada de bella.…

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