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Soledad Lorenzo

Retrato de Soledad Lorenzo.

El mercado del arte en España parece una coreografía de mala calidad, con bailarines gordos y chicas que no se saben los pasos a seguir. A imagen y semejanza de un panorama económico que aturde a la población, que ya no sabe si la hipoteca es la madre de la prima de riesgo, o si el rescate es realmente un rescate o un secuestro, el mercado del arte se ve sacudido por diversas oleadas informativas que no se sabe si son el anuncio de la debacle o la propia debacle.

Para empezar, el anunciado cierre, que ya parece definitivo, de la galería que sin duda ha sido la más importante en el mercado nacional, Soledad Lorenzo, nos deja de alguna manera huérfanos. Sin una referencia clara de liderazgo galerístico en una situación de cambio a la baja, en una deriva entre debilidad y amateurismo que sin duda va a afectar a un coleccionismo no ya débil sino que ve en peligro su necesidad de estatus en un sector al que solamente le liga el dinero, el gasto y un semicosmopolitismo que claramente se ha exagerado en la pasada década.

Detrás de esa imagen mediática inevitable en todo resumen del año, todo balance, todo quién es quién, de todo, en fin, ha habido una mujer apasionada con su trabajo

El cierre de Soledad Lorenzo es sin duda la noticia del fin de año en el mercado del arte. Soledad ha guiado durante años un coleccionismo fiel, que ha comprado todo lo que ella exponía, porque exponer en su galería ha sido una marca inequívoca de calidad. Detrás de esa imagen mediática inevitable en todo resumen del año, todo balance, todo quién es quién, de todo, en fin, ha habido una mujer apasionada con su trabajo y una trabajadora obsesiva con el arte, una defensora a ultranza de sus artistas: algunos de los elementos que definen a una profesional seria y trabajadora. Soledad ha sido un modelo para los jóvenes galeristas y también una barrera difícil de superar o de evitar para todos aquellos a los que no gustaba su línea, sus declaraciones o su poder. Su cierre deja huérfanos a sus artistas y a sus coleccionistas. Representante de una época que ya se ha cerrado, como un gesto último que demuestra su inteligencia, Soledad Lorenzo cierra. El rey ha muerto, viva el rey. Pero, ojo, no olvidemos que no tenemos herederos, o tal vez haya una legión de pequeños aspirantes a herederos a los que les faltan la capacidad, el carisma y la inteligencia práctica que tuvo la reina.…

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