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Expolio

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Arte mesopotámico en el Louvre

Toros alados, Museo Louvre de París

El expolio es el botín del vencedor. Es ese derecho no escrito pero practicado desde el origen del mundo según el cual el vencedor se lo queda todo. Hace unos días veía un discurso en una emisora islamista en la que un imán explicaba el derecho de los muyahidines sobre los pueblos conquistados e infieles: se dividía la población de los territorios conquistados entre el número de muyahidines que intervinieron en la conquista. En el caso en concreto del que hablaba el imán a cada guerrero islamista le correspondían 5 personas. Es la guerra infinita en que la civilización siempre se ha revolcado. Pero luego, en unas zonas, vuelve la paz y pasa el tiempo y casi todo se olvida o se esconde, se tapa. ¿Qué pasa entonces con el botín, los botines? Suelen acabar en algunos museos públicos y en determinadas colecciones privadas: expolio de guerra, derechos de pernada, abusos por la fuerza, robos escondidos detrás de gestas guerreras. Así se ha escrito la historia. Siempre. Con sangre, violencia y abuso.

Hoy sigue habiendo guerras y expolios pero quedan lejos y de alguna manera todos callamos, porque todos los países han sido víctimas y culpables. El gobierno de Colombia exige que España devuelva un tesoro de imágenes en oro regalo de uno de sus presidentes al gobierno español. ¿Tiene derecho un político de paso en un gobierno en regalar el patrimonio de su pueblo a un país que fue su dominador, su conquistador, su verdugo? Personalmente creo que hay que devolver a Colombia lo que es de Colombia. Pero también creo que Grecia tiene derecho de reclamar a Gran Bretaña los frisos de la Acrópolis, que las obras robadas por los nazis vuelvan a sus propietarios legítimos y salgan de los museos suizos, alemanes y norteamericanos y que los tesoros de Sijena sean devueltos a Aragón por el Gobierno Catalán.

¿Qué pasaría si se devolviera todo lo robado a lo largo de la historia? Es ciertamente algo imposible

Todos los expolios son iguales, estén más o menos cercanos, todos son el botín del ganador de una guerra, arrebatados a sus legítimos propietarios con violencia e iniquidad. En las películas hay veces que el malo, el asesino, el gánster nos cae más simpático que el bueno… pero no podemos olvidar que es un asesino, ni dejar que nuestros sentimientos nacionales cambian la realidad y nos hagan olvidar los abusos y los desmanes de los vencedores.…

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