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Es la cultura, idiotas

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Spike Jonze, Her, 2013

Spike Jonze, Her, 2013

¿Para qué sirve que un grupo de filósofos, sociólogos y demás profesionales de la cultura y las humanidades se reúnan a debatir durante un fin de semana sobre cuestiones, al parecer, un tanto etéreas, como lo útil, el miedo, lo humano? Para nada, “salvo para hacernos más humanos y poder habitar mejor el mundo que nos rodea”, se contestaba a su propia pregunta Chantal Signorio, la directora del Festival Puerto de Ideas, celebrado en la ciudad chilena de Valparaíso el pasado fin de semana.

Al parecer, todo eso que siempre nos han dicho que no sirve para nada, todo lo que los diferentes sistemas de estudios han desechado por inútil, la filosofía, la literatura, la historia, los idiomas clásicos, el arte… sí sirven para algo. Las nuevas generaciones crecen en un ambiente donde desde niños saben manejar unas tecnologías que sus padres apenas controlan o entienden, inmersos en un mundo que les dice que tienen que estar atentos a la inteligencia artificial, que deben saber informática, que el dominio de la tecnología les salvará del fracaso.

En esta conquista del futuro a través de las máquinas y el sistema binario vamos perdiendo cualidades que nos definen como seres humanos

Por el camino se van quedando la ilusión por una aventura leída y soñada a través de un libro, la ilusión de un paseo por el monte, hasta el disfrute de juegos al aire libre. En esta conquista del futuro a través de las máquinas y el sistema binario vamos perdiendo cualidades que nos definen como seres humanos. Tal vez la inteligencia artificial sean nuestros futuros nietos y no las máquinas. Hasta hace poco tiempo los niños entre quedarse en casa viendo la TV y salir en bici con los amigos elegían irse con los amigos. Ahora ya no salen ni de adolescentes, y de adultos piden comida desde casa, ligan a través de Tinder y chatean o whatsapean con amigos y familiares, hablan por Skype… y el cine lo ven en Netflix.

Dice Nuccio Ordine (Calabria, 1958, autor de La utilidad de lo inútil) que vivimos en la ”dictadura de lo utilitario”, donde ni la poesía, el arte, o la música valen ya nada, pues lo importante son los objetos y las máquinas, cosas que supuestamente sí sirven. Recientemente se ha recuperado el estudio de la filosofía en los programas de estudios en España, estamos esperando a que, además, se den las clases con entusiasmo, analizando y no memorizando.…

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