Hasta el 5 de abril permanecerá abierta la exposición On Everyone’s Lips, en el Kunstmuseum de Wolfsburgo, en Alemania. “Desde Pieter Brueghel hasta Cindy Sherman” es el subtítulo de esta exposición que no voy a poder ver, ni usted, aburrido lector, tampoco. Por las diversas notas de prensa, anuncios digitales y todo tipo de información que he recibido, tiene una pinta excelente, no solo por la lista de obra de una serie de artistas (Albrecht Dürer, Pablo Picasso, Louise Bourgeois, Andy Warhol, Marina Abramović, Cindy Sherman, Christian Marclay, Benjamin Houlihan, etc.), que, a estas alturas, colmarían nuestros apetitos estéticos más propios de caníbales que de aficionados, sino por el tema, la idea de una exposición en una época en la que las ideas que se tapan bajo una serie de obras variadas suelen ser transparentes, abstrusas o repetitivas.
El comisario o comisarios de la muestra, que es lo único que no me cuenta la publicidad, han ido al centro del problema, al punto central de una pandemia, y lo han hecho con imaginación y con ironía, con creatividad y sentido del humor. Gracias a los dioses parece que aún queda vida inteligente en el mundo del arte. Las piezas expuestas van desde un bronce egipcio de 2.600 años de antigüedad que representa a la diosa Isis con su hijo Harpócrates, hasta el video Scream de Christian Marclay, por poner dos hitos esenciales en la muestra.
Hoy dar un beso produce la misma emergencia que un ataque nuclear
La idea es sencilla y a la vez de una belleza intrigante: la boca se ha convertido en el punto de atención durante toda esta pandemia. De la boca sale el monstruo, con la saliva, con un beso. Con nuestro aliento. La boca siempre ha sido uno de los puntos más sensuales y sexuales del cuerpo, el lugar de comunicación no solo de las ideas o los sentimientos a través de las palabras, sino del amor, del deseo, del cariño. La cueva de un profundo misterio, la boca está en el centro de las investigaciones epidemiológicas, de los estudios sobre la transmisión de las enfermedades. La boca es la puerta de entrada del alimento, y donde anida el gusto, uno de los sentidos esenciales que solamente experimentamos desde ese lugar que, hoy, nos parece no solo peligroso sino mortal.
Labios, lengua, saliva, dientes, forman parte esencial de la historia de la evolución de la medicina, de la ciencia, y también del amor, del sexo y del deseo.…
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