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El planeta de los simios

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Banksy, Devolved Parliament, 2009
Banksy, Devolved Parliament, 2009

No voy a hablar de Charlton Heston, ni de cine. Ni siquiera de ficción, porque a estas alturas ya sabemos que no hay ficción más inesperada ni más radical que la realidad, la que vivimos todos los días, la que nos asalta en los informativos. Que un presidente de EEUU pidiera ayuda al Kremlin para ganar unas elecciones no lo aceptaríamos ni en un telefilm de tercera, pero está sucediendo. Que un funcionario de la burocracia policial con 20 años de servicios un día cualquiera, un jueves de un octubre aún caluroso asesine a cuatro compañeros en una comisaría de París a puñaladas sin previo aviso desequilibra el sentido de lo real. Por ejemplo, si lo viésemos en una película o una serie de TV ni siquiera nos interesaría…Pero si lo escuchamos en las noticias, la cosa es diferente.

Nos podemos acostumbrar a los vientres de alquiler, al uso de la mujer como una máquina reproductora, porque hace años que leemos en la prensa del corazón que artistas como Ricky Martin o Miguel Bosé y muchos otros gays con dinero y fama (y muchos más que no aparecen en la prensa rosa y que lo hacen más discretamente) encargan hijos a la medida a agencias encargadas de los “criaderos” humanos. Claro que cuando llega Margaret Atwood (que ha necesitado que su excelente Cuento de la criada se convierta en serie de TV para que nos enteremos de algo que ya deberíamos de saber y de temer) tenemos una visión más panorámica y completa. Es el arte, y una de sus capacidades esenciales: despejar el panorama, sintetizar un miedo, una realidad, adelantarse a las consecuencias. Mostrarnos las cosas como no las queremos ver.

Por lo que parece compartimos un destino de mierda, tal vez el que nos merecemos pues, a fin de cuentas, lo hemos construido, lo estamos construyendo nosotros

Dicen que el arte actual no tiene ninguna relación con la vida, con la sociedad, con la gente, con nosotros. No solo no es verdad, sino que es imposible. Todo lo que se hace en un momento concreto tiene que ver con ese momento, con ese espacio temporal, y también físico. Si no lo podemos ver es un problema nuestro, una falta de cultura y de visión, o tal vez solo sea miedo.

No somos ajenos a nada de lo que nos rodea, porque todo lo que somos esta conformado por las ideas, el aire, el paisaje, el humo, las actitudes de nuestra época.…

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