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El pasado ya está aquí

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supervivientes

Fotograma de la película El planeta de los simios

Pasó la primera oleada de ferias del año, y aunque la epidemia ferial se mantiene viva durante todo el año, hasta la llegada del verano, no habrá otra subida similar a la vivida durante febrero, al menos para los latinos. Superado este mes horribilis de febrero, me refugio en una de mis aficiones más queridas, el estudio de la prehistoria, de esas épocas de las que no solo sabemos poco, sino de las que cada día puede haber un descubrimiento asombroso. Solo hay dos etapas cuyo estudio está lleno de sorpresas y de avances: el pasado y el futuro remotos. Mis dos mundos favoritos, tal vez porque en ninguno de los dos he vivido ni podré vivir.

Si analizamos estas dos zonas desconocidas y los descubrimientos que científicos de todo el mundo van realizando sistemáticamente, resulta más fácil sobrevivir a la estupidez y fracaso de la sociedad actual. Tuvimos un pasado glorioso y sobrevivimos, porque la raza humana tiene esa misión única de la supervivencia y de transformación del mundo. Seguramente, en un futuro impensable aún, podamos recuperar esa grandeza inicial de nuestra especie y transformaremos el universo y sobreviviremos. Nosotros no, ni nuestros descendientes, sino evoluciones del homo sapiens que, igual que este, superaron a las diversas razas de homínidos anteriores.

Dicen también, y es algo que en la literatura y en el cine de ciencia ficción se repite con frecuencia, que la tierra sobrevivirá, pero sin el hombre

El hombre actual vive un momento de decadencia y vulgaridad difícilmente superable, después de lograr unos avances tecnológicos y científicos realmente impresionantes, sin embargo, se dedica a luchas fratricidas por un quítame de allá unos kilómetros de territorio, por una pureza racial inexistente, por una estúpida ideología económica. Después de superar glaciaciones, epidemias, mutaciones genéticas, mezclas inverosímiles, de domar a todas las otras especies (excepto a los virus), de todo lo que estamos a punto de conseguir desde laboratorios y mentes prodigiosas, seguimos matándonos con las manos, dejando morir a nuestros vecinos en el mar, mientras tomamos el sol en playas, las cuales son mucho más jóvenes que nuestra especie.

Dicen que es la propia naturaleza superpoderosa la que controla, no solo los terremotos, volcanes en erupción o tsunamis, sino también las epidemias y las guerras, como una especie de sangrías que depuran el cuerpo de la tierra. Dicen también, y es algo que en la literatura y en el cine de ciencia ficción se repite con frecuencia, que la tierra sobrevivirá, pero sin el hombre.…

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