Hace años que me llegó un mail del artista Ben (Ben Vautier, 1935 Nápoles, Italia) con un texto: “el ready made nos pertenece a todos”. Efectivamente, pensé, esos objetos cotidianos los tenemos todos, pero no les damos la categoría de obra de arte. Hasta que un artista no le da la vuelta a un urinario y lo convierte en una fuente no nos damos cuenta de su belleza. Desde entonces, de vez en cuando me envía frases, pedazos de él mismo, parte de su trabajo más ligero como artista. Frases llenas de sentido que no habíamos pensado como obra de arte hasta que él las escribe y nosotros las leemos en su personal caligrafía. Y llevo varios días pensando que realmente el arte nos pertenece a todos. Todo el arte.
No es cuestión de llegar a un museo o a una galería y llevarnos a casa un cuadro o una foto, no se trata de ese tipo de posesión. El arte no es un objeto, es una sensación, es esa frase que despierta un sentimiento, un recuerdo, es la belleza que se esconde detrás de nuestros párpados. Y eso es nuestro, solamente nuestro y tan nuestro como vuestro, de ellos, de todos ustedes. Durante muchos años he comprado arte, dentro de mis posibilidades, siempre a artistas vivos, siempre en galerías de arte, en ferias. Porque creo que hay que apoyar a los artistas y a las galerías, ellos son el arte en movimiento hacia un futuro incierto. Ese futuro incierto son los museos, los libros y, sobre todo, la memoria. Lugares donde el arte vive para siempre en un ambiente al margen del mercado y de otros males temporales de la vida. Vamos, que su futuro viene a ser una especie de jubilación del mundo real. Pero el arte que siempre me hubiera gustado tener más cerca nunca lo he podido comprar, ni en el más feliz de mis sueños. Y no sólo hablo de Goya o Caravaggio, sino también de Joseph Kosuth, Donald Judd, o Tina Modotti, Diane Arbus… Y tantos otros que me han ayudado a vivir, a seguir viviendo y creyendo que merece la pena. Porque eso es el arte, sea música, palabras o imágenes, es una boya a la que agarrarnos en medio de todas las tormentas de la vida. Como un amanecer, como acariciar a tu perro, como ver llover…
Otros las cuidan y las conservan para nosotros, las protegen de los que quieren poseerlas como a las mujeres que nunca les amarán
Pero hace mucho tiempo, realmente antes de recibir el primer email de Ben con su frase del ready made (que además tampoco era sólo para mí, era sobre todo para él) que ya sabía que el arte nos pertenecía a todos.…
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