Desde que el concepto desplazó al objeto, el arte se ha ido volviendo invisible paulatinamente, pero a gran velocidad. Curiosamente este desplazamiento hacia la no existencia o tal vez hacia otro tipo de existencia, sucede en la época en la que el artista visual, que ya no solamente “plástico”, se convierte en una especie de figura del star system: popular, con seguidores que viajan detrás de sus exposiciones, que coleccionan sus catálogos. Tal vez el artista ha sustituido a la obra, o tal vez no, pero ese es otro tema. Mi intención era hablar de ese arte que sabemos que existe pero que nunca hemos visto. Sí, ya sé que parece un acto de fe, creer en lo que no se ve… pero, sinceramente, de todos los admiradores de Yoko Ono que me lean son muy pocos (siendo generosa) los que han visto alguna vez una de sus performances. Los fans, porque son más parecidos a los fans de U2 o de Lady Gaga que admiradores de su obra, de Marina Abramovic conocen sus performances gracias a Youtube, por vídeos o fotos… son pocos los que han podido verla en persona, y digo pocos sabiendo que todos juntos no llegarían a los que acuden a un sólo concierto en una gira de los U2 o a un partido de fútbol cualquier domingo. Aun así, esos pocos son muchos comparados con los que puedan contar en primera persona una acción de Orlan, de Vito Acconci, Kaprow, Gina Pane… El arte conceptual y, especialmente, la performance tienen algo de magia en su forma de existir, sólo al alcance de aquellos afortunados que por azar o por constancia, coinciden en tiempo y lugar. Para todos los demás es algo desconocido, del que sólo sabemos por lo que hemos leído o nos han contado, pero todos sabemos que la percepción del arte debe ser directa para que se produzca la experiencia estética. Por muy intelectuales que seamos, por mucho que sepamos, hayamos leído y estudiado, la diferencia entre saber de una obra o verla directamente es la misma diferencia que hay entre la vida y la muerte.
Es invisible todo lo que aunque sepamos que existe nunca hemos visto, aunque creamos conocerlo perfectamente a través de libros y reproducciones
Pero aunque esa era mi intención, la cosa, como de costumbre, se me ha ido de las manos. Porque ahora pienso en todo ese arte que nadie ve.…
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