anterior

Decir adiós

siguiente
Paolo Uccello, Una escena en la predela de Corpus Domini

Paolo Uccello, Una escena en la predela de Corpus Domini, 1465-69

Ya estamos a las puertas de las vacaciones de verano. Es un buen momento de decir adiós. Con el calor realmente las pocas ganas de trabajar que quedan se esfuman como el humo. La mayoría volverá después de un par de semanas, pero hay otro tipo de adiós. La de aquellos que deciden dejar algo atrás, una etapa de su vida, una profesión, un país. No hablo, no en esta ocasión, de los suicidas a los que no sólo les tengo respeto sino en ocasiones una cierta admiración. Estas decisiones que vienen a ser cerrar una etapa y empezar otra que no tiene nada que ver con la anterior, son decisiones muy importantes que no todos saben tomar aunque a todos en algún momento de nuestra vida nos gustaría tener el valor necesario para hacerlo y decir adiós de una vez. Es la difícil decisión del escritor, del artista que un día sabe que eso se terminó. Dejar de hacer algo a lo que has dedicado toda tu vida es un paso decisivo. Dejar la ciudad para vivir en el campo, tampoco es pequeño cambio. Pero dejar de trabajar en un banco de inversiones para ser granjero ecológico, esa es de verdad una decisión crucial.

Deberíamos dedicar estas vacaciones para pensar si merece la pena lo que estamos haciendo, lo que venimos haciendo desde hace tantos años. Barbara J. Bloemink ha puesto su adiós, y sus razones para decirlo, en Facebook para informar a todos sus seguidores que cierra una etapa de su vida dedicada por entero al arte contemporáneo. Para los que no sepan quién es les invito a buscarla en Google, pues enumerar aquí los museos que dirigió, los centros a los que asesoró, las exposiciones que comisarió… llenaría por completo este texto. Simplemente es una persona que dedicó 60 años de su vida al arte y a la cultura. Lo deja, dice adiós y se va a otro territorio porque ya no puede más con la corrupción, el rumbo de los museos, de las tendencias… Todos ellos argumentos que podríamos tener casi todos en el sector.

La decepción que te pueden generar tanto los artistas como todos aquellos que sólo vinieron a este, tu territorio, para medrar, para ganar dinero, para tener poder…

Sin duda hay algo más, un cansancio brutal que no se quita con unas vacaciones. En ese caso, como en todos, hay también una sensación insoportable de ver que todo los que buscabas, todo lo que creíste alguna vez que encontrarías por el camino, ya no sucederá, ya no tienes que esperar pues todo eso fue simplemente una mala interpretación de la realidad.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete