Son muchas las cosas, muchas verdades de “toda la vida”, que se están revisando a la luz del avance social del feminismo. De igual forma la necesidad de revisar, o más bien de reconstruir, una historia más justa (o al menos mas completa incluyendo a tantas mujeres que se han ignorado, tanto conocimiento, sabiduría y creatividad que se ha intentado tapar; que se les ha robado a las mujeres a lo largo de la historia) esta convirtiéndose en algo evidente. De hecho, surgen por todas partes nombres antes nunca oídos de mujeres que se adelantaron años, incluso décadas, a los movimientos estéticos construidos por hombres que inevitablemente hoy, a la luz de toda la información, se sitúan bajo sospecha. Inventos básicos que no fueron realizados por esos serios y conspicuos señores de bigotes un tanto ridículos y barbas recortadas, sino por sus ayudantes, alumnas o incluso por sus propias mujeres.
Descubrimos que hay, no una, sino demasiadas mujeres boicoteadas en vida y después de su muerte por sus maridos y por sus hijos para no conseguir ni fama ni reconocimiento por sus obras (tanto artistas plásticas, escritoras o científicas). Situaciones que hoy en día nos parecen incomprensibles, pero que son tristemente reales. Hoy hay instituciones que han decidido programar, “solo este año”, exclusivamente mujeres artistas, colecciones de libros solamente escritos por mujeres, hasta un periódico lanza una colección de biografías de mujeres ignoradas o menospreciadas en la historia, algo que no debe de ser muy difícil de hacer. No creo que ese sea el buen camino para llegar a ninguna igualdad y menos aún a cualquier normalidad.
Recuperamos el pasado mientras seguimos construyendo un presente injusto, en el que a la mujer le cuesta el triple brillar por su talento frente a los hombres
A mí me preocupa que esta recuperación se convierta en una moda pasajera: recuperamos el pasado mientras seguimos construyendo un presente injusto, en el que a la mujer le cuesta el triple brillar por su talento frente a los hombres que cuentan con la recuperamos el pasado mientras seguimos construyendo un presente injusto, en el que a la mujer le cuesta el triple brillar por su talento frente a los hombresy el apoyo de la familia y de sus parejas, en definitiva de la sociedad. Porque tal vez para unos suene ya a disco rayado, pero tal vez otros (otras) crean que esas situaciones de ayer o anteayer hoy ya no suceden.…
Este artículo es para suscriptores de EXPRESS
Suscríbete