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De tiempos mejores

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Soldados ucranianos en el este del país en 2016. Fuente: Ministerio de Defensa de Ucrania

No, todos los tiempos pasados no fueron mejores. Solamente algunos. Tal vez la infancia, tal vez cuando fuimos niños…, pero tal vez tampoco. Para muchos la infancia es el origen de traumas, frustraciones, problemas que nos marcan para toda la vida. Pero ese tiempo que para muchos es el más ligero, en el que la realidad es algo que vemos a través de velos y que no llega a preocuparnos porque de eso se ocupan, por lo general, los padres, puede ser también un lugar feliz. Posiblemente decimos que en el pasado los tiempos fueron mejores porque ya pasaron y la memoria selecciona lo bueno y oculta lo malo en una habitación a la que cierra la puerta con llave y la tira al pozo abismal de nuestros olvidos, miedos y pesadillas. Una habitación que suele estar llena.

Los mejores tiempos suelen ser cuando no hay guerra y las bombas no marcan el ritmo de nuestras vidas y nuestras muertes. Ahora, cuando la televisión retransmite en directo la guerra de nuestros vecinos en tiempo real, pensamos tristemente que este tiempo que hoy algunos vivimos puede que sea el mejor de un futuro incierto. Esa idea de recuperar el pasado como algo mejor que el presente es muy habitual en la música, en el arte, en el teatro… casi en todo. No se trata simplemente de ataques sistemáticos de nostalgia, es algo mucho más complicado. Por un lado está fomentado por la incomprensión del mundo que vivimos, a la difícil adaptación al cambio permanente de la vida, de los años, al paso del tiempo.

No se trata simplemente de ataques sistemáticos de nostalgia, es algo mucho más complicado

Hay quien no quiere saber nada de lo que no entiende, recurriendo al “no me gusta”, no entiendo que eso le guste a nadie”, y la definitiva afirmación “antes las cosas eran diferentes, mejores”. Se dice de la literatura (la novela del XIX, incluso El Quijote, son hitos irrenunciables), de la música (desde el bolero, al rock and roll, y hasta del grunge) y desde luego de las artes visuales (nada como Goya, Velázquez, Rembrandt, Van Gogh…). Pero, si empezamos por el final, hay que recordar que Van Gogh nunca vendió ni un miserable dibujito, y que su obra era la de un loco, que no gustaba a nadie. Del grunge y del rock and roll todavía se escucha en el aire a nuestros padres o abuelos decir que ese ruido no se puede llamar música… Y de la vida de Cervantes, incluida su estancia en la cárcel y de las condiciones miserables en las que vivieron la mayoría de los escritores del XIX, y del XX, y de antes y de después, mejor no hablamos.…

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