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De la crisis económica a la economía crítica. Propuestas de acción

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Cildo Meireles. Zero Dollar, 1977.

A la espera de conocer los efectos del nuevo IVA para el comercio del arte en nuestro país, y con esa prometida y nunca arribada Ley de Mecenazgo que ha provocado más de un enfrentamiento entre la secretaría de Cultura y el Ministerio de Hacienda, la Fundación Arte y Mecenazgo (impulsada por la Obra Social de “la Caixa”) ha hecho público el informe titulado El mercado español del arte en 2012, elaborado por Clare McAndrews, fundadora y directora general de Art Economics.

Como no podía ser de otro modo, los resultados del informe, no son, ni mucho menos esperanzadores. De hecho, y a la espera de las más que temibles consecuencias del nuevo régimen fiscal para el comercio del arte, lo que el informe describe es un sector claramente en retroceso, muy afectado por el colapso generalizado de la actividad económica en todo el país, pero también por una brutal falta de cultura artística que no se ha sabido promover y que no ha terminado de calar en la sociedad.

En términos generales, el informe habla de una suerte de burbuja en el comercio del arte en España entre los años 2002 y 2007 que conllevó un crecimiento del 200% en el sector, superior al experimentado por grandes potencias como China (194,1%), Reino Unido (94,1), Suiza (70,3) o EEUU (87,3%). A este lustro de crecimiento exponencial, le sucedió primero un periodo de declive entre los años 2007 y 2009 (-43,5%), y luego, un bienio de ligera recuperación entre 2009 y 2011 (11,5%). El resultado final es que el crecimiento total del mercado del arte en España entre 2002 y 2011 ha sido del 87,4%, una cifra que puede resultar insignificante si la comparamos con países como China (803,6%) o Suiza (216,3%) pero que no es nada despreciable si la evaluamos frente a la de otros grandes núcleos del mercado del arte como EE UU (40,6%) o Reino Unido (59,6%).

España, en efecto, es un país sin apenas cultura artística que tiene que crear una estructura de recepción, promoción, difusión y venta para el arte en apenas treinta años

Las cuestiones que surgen de todo esto son, fundamentalmente, dos. En primer lugar, reconocer de dónde venimos: España, en efecto, es un país sin apenas cultura artística que tiene que crear una estructura de recepción, promoción, difusión y venta para el arte en apenas treinta años, y en el que durante la primera década del siglo XXI se aprovecha el boom económico sin pararse a reflexionar sobre si los cimientos sobre los que se asentaba ese brutal crecimiento eran realmente consistentes.…

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