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De feria en feria

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Vista de Paris Photo.

Cada día recibo información de varias ferias. Unas ya se han celebrado, otras se anuncian para un futuro inmediato, otras… otras, parece que siempre estén abiertas. Artissima en Turín, ArtBo en Bogotá, Pinta en Londres, o en Nueva York, porque es que, además, las ferias se multiplican ellas solas y generan a su alrededor un extraño fenómeno que hace que se multipliquen como si fueran seres unicelulares. Es un fenómeno extraño este de las ferias y, desde luego, no es nuevo. Personalmente debo reconocer que yo le debo mucho a las ferias, porque hubo una época –aunque esto parezca increíble- que en las ferias veías todo aquello que no se podía ver ni en galerías ni en museos, era un lugar inaudito donde yo vi por primera vez la obra de artistas como Cindy Sherman o los fotógrafos alemanes, por supuesto a Bill Viola, y a muchos otros cuyas galerías, retando a la ley de la gravedad, llevaban a ferias en las que un mercado nuevo se estaba formando y regenerando. Me refiero a la década de los 80, cuando se sucedía un relevo generacional, una sucesión estética, de la que no se ha hablado lo suficiente. En esa época Basilea era realmente espectacular, la FIAC, tan cerca y tan distinta, Colonia un hervidero de cambios y artistas… No había tantas como ahora por supuesto. Asia ni se había empezado a despertar, en Latinoamérica no estaban para estas cosas, sólo Buenos Aires apuntaba con una oferta absolutamente de la zona y un estilo clásico tardío que todavía mantiene de alguna incomprensible forma.
Fue una década de éxito para las ferias y para muchas galerías, y sobre todo para los espectadores que nunca comprábamos pero que aprovechábamos para mirar y para comprender. Luego vinieron Paris Photo en su primera y exquisita etapa, una buena muestra del cambio de los tiempos: ahora simplemente es una feria más, un pequeño espectáculo parisién que pretende el glamour de Basilea y se conforma con la sociedad fotográfica que desfila como en una pasarela cada vez menos interesante. Y vinieron muchas más… pero FIAC (París bien vale una misa, y para los americanos del norte que acudían en tropel bien valía un viaje transoceánico) seguía siendo un escaparate internacional agradable y con un mercado estable y seguro. Colonia todavía no apuntaba su declive posterior y surgía una espectacular feria de Frankfurt que realmente sólo brilló un año.…

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