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Cuestión de tamaño

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Ron Mueck. In Bed, 2005. Cortesía del artista

En el arte, ya se sabe, el tamaño es esencial. Ya se trate del canon físico para la escultura, de la duración para una pieza musical, teatro, performance, video. El tamaño, la medida, la extensión. Pero el deseo, la ambición, la riqueza, el poder, parece que también es cuestión de tamaño, de medidas, de extensión y de duración. En estos días, ya demasiados días, vivimos la sensación de una crisis de tamaño desproporcional a nuestros muchos pecados, pero al mismo tiempo somos también espectadores de la desproporción de muchos de los aspectos del mundo del arte.

Hablábamos hace poco de los precios desproporcionados de las ferias de arte, también hemos hablado de la estupidez sin medida, de la ambición y el deseo de poder infinito de unos y de otros, pero siendo más concretos, quisiera reseñar el tamaño de la nueva sede de una galería de arte, White Cube, en Londres. Quede claro que es una galería privada en la que lo que se expone es para ser vendido, no es una sala de exposiciones. Bueno, pues se trata de un espacio de 5.440 metros cuadrados, y es la tercera sede de la galería en cuestión. Se trata, obviamente, de una empresa con 120 empleados y que ya plantea que su próximo paso será en Hong Kong, seguramente por aquello de que las miras comerciales tienen que estar a la altura del tamaño de sus ambiciones, y ese tamaño sólo lo da ya a estas alturas, China.

Y en cuanto al tamaño de la galería, sólo se nos ocurren unos cuantos chistes a la altura de las circunstancias

Bien, 120 empleados y 5.440 metros cuadrados. No se trata de comparar, pero si sumamos los empleados de todas las galerías de arte de España (sin contar a los dueños y socios, ni a becarios ni contratos temporales) tal vez no sean muchos más. Y en cuanto al tamaño de la galería, sólo se nos ocurren unos cuantos chistes a la altura de las circunstancias. En momentos de crisis económica parece que las cumbres borrascosas del arte actual están fuera de peligro, es decir, más allá de las nubes. No sé si hacen falta 120 personas para llevar una galería, aunque esta sea la más grande del mundo pero me parece que es una especie de grosería que alguien con buen gusto no se debería permitir. Pero vemos que estos excesos son cada vez más habituales, que cada nuevo rico que se hace con una colección es más ambicioso, es decir: gasta más.…

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